A mi ángel

[albadiosa]

A MI ÁNGEL
 
Inmutable dolor siempre constante
me haces padecer, vivir sin vida,
llevándote mi alma como errante
no sirve que suplique, llore o pida,
mi espíritu mantienes sollozante
condenada a sufrir por esta herida,
mas aún sigo en pie, la angustia moja,
me empapo de tristeza que deshoja.
 
La soledad inunda el cuarto y siento
mi mente confundida que divaga,
el sol se vuelve gris, la brisa viento,
el día noche y todo arrullo en daga.
El correr de mi perla se va lento,
mi triste corazón es una llaga,
recordando episodios, amarguras,
se me escapan las lágrimas oscuras.
 
¡Cuánto puede la ausencia, Señor mío!
¡Cuánto puede el perder, cuánto la muerte!
Puede ahogarse en dolor, ruegos y hastío
con la esperanza inútil que despierte.
Sueño con los arcángeles en trío
y ruego que su luz pueda envolverte,
te veo blanco, claro de inocencia
mando un beso y arguyo tu clemencia.
 
¿Lo recibe? no sé, no sé Señor,
despierto junto al torpe amanecer
se va el sueño, tu halo y tu candor
el alba trae luz, vuelve el ayer,
se va como la noche sin rumor,
se va sin que lo pueda retener.
En este corazón late su llanto
prendiendo rojas brasas de quebranto.
 
Dios me dijo : "este ángel - querubín
por un rojo arrebol busca volar
entre su nube azul vuela sin fin,
tu llanto sin querer lo puede ahogar;
recuerda que tu vientre es un jardín
tu ángel desde aquí lo va a cuidar."
La lágrima por dentro, tan amarga...
mi cuerpo lo endurece  como adarga.
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Albadiosa