Ocre Ceniza
Como un audaz ventarrón
pasa la vida inconsciente,
desconoce de aflicción
ni futuro omnipotente.
Se vive un día a la vez
sin pensar en el mañana
y con profunda avidez
se ansía la luz lejana.
Raudo vuela el calendario
con su premura constante,
de la vida, el escenario,
se va tornando mutante.
Al juntar muchos recuerdos
para vencer los olvidos,
se evitan los desacuerdos
por los instantes vividos.
El horizonte, un final,
con la clausura postrera
nos dice, es personal,
el colofón que eligiera.
La carne ocre ceniza,
de un alma que se eterniza.