Exegénesis
La brisa va plantando en tierra ajena
y la lluvia se pierde en el desierto,
un viaje con temor y absurda pena
del mayo presuroso, luz sin puerto.
Suspicaz el silencio en la ventana
del nido palpitando, indiferente,
con tristeza y sopor la raza humana
augura su final, ola en rompiente.
En tumulto los cruentos avatares
como el ángel voraz en nulo mundo.
Mustio haz sin personas ni cantares.
El Planeta mostrándose iracundo
por contagios de tierras y sus mares
da una sabia lección, un no rotundo.
Si los hombres no captan el mensaje
vivirán sin razón un largo estiaje.
Gisela Cueto Lacomba
4 de nayo del 2020