María Teresa Inés Aláez García
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« : Diciembre 21, 2017, 01:42:54 » |
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POR MI CAMINO (Dedicado a Diana)
Sinalefa del ¡ay! con la memoria, desbordada malicia de lebreles, ¿sentís en un rumor de cascabeles mi constante liturgia laudatoria?
Evoco los efluvios de la gloria cuando la luz doraba los laureles, las sonrisas sonámbulas, las crueles certezas, ilusión de la victoria.
Senderos bifurcados, ¿es mi sino una fuerza de rosas decaídas? ¿Tal vez de la piedad su flor desnuda?
Errática la sombra del destino, libera de mi ser las florecidas verdades desterradas por la duda.
II
Desplegadas las velas en mi ruta, busco sin fe la guía de la suerte, para sembrar dondiegos en la muerte y reprimir las voces de mi gruta.
El tiempo me regala su batuta. Matizaré mi luz en aguafuerte, donde se funde la piedad inerte del corazón sorbiendo la cicuta.
Camino de la paz, oculto cielo, ¿Con qué fusil de rosas se dispara el gozo de truncar el desconsuelo?
Quisiera demoler antiguos faros, enfrentarme con bríos a mi clara derrota sin cuartel, al raso vuelo.
augustus
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #1 : Diciembre 21, 2017, 01:44:14 » |
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Linfas de nostalgia
En los puentes de la noche se detuvo mi esperanza y formaron las estrofas tristes libélulas ápteras. No se adornó mi aposento de nobles plumas de zacua, ni la luz pudo encender mis alegrías apáticas. Conquistaron el espíritu rojas linfas de nostalgia, construyeron su santuario con esencias de mandrágoras y estoy prendida a cuchillos afilados con vesania. Petunias de desazón adoquinan mi garganta. Camino por los perfiles aguzados de las cárcavas sin miedo a crueles alfanjes ocultos en las mortajas, no me turba el maremágnum de intimidantes palabras ni de Medusa la égida con víboras en mi cara. Ya no importa en este mundo la obviedad invertebrada de razones en rescoldos prisioneras de sus tapias. Aguardaré a las Hespérides para gustar sus manzanas, mientras voy, sutil bradita, a volar con las tataguas.
Albadiosa
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #2 : Diciembre 21, 2017, 01:45:21 » |
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NOCHES SIN CADENAS
Suspiros de sirenas, salivas anhelantes de la aurora naufragando en la llama trepadora de noches sin cadenas.
Lágrimas de azucenas bogando entre susurros de la hora donde el agua de luz anunciadora transita por las venas.
Al encuentro de fúlgidas moradas, por beber en celestes manantiales y cantar a la luna.
Corazones de escuna, con sutiles y húmedos cendales sembrando van de amor las madrugadas.
María Bote 23 – 10 - 2012
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #3 : Diciembre 21, 2017, 01:46:53 » |
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Estampa Invernal
Es blando el lecho. Me arropo en las noches invernales. Un aroma de heliotropo tiembla junto a los vitrales.
El frío cubre el cristal de la cortina cerrada, los hielos son un puñal en mente libre, enjaulada.
Los copos enloquecidos giran al compás del viento con insomnios imprudentes.
Árboles descoloridos son la estampa del tormento en las ventiscas potentes.
Gisela Cueto Lacomba 2 de octubre del 2016
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #4 : Diciembre 21, 2017, 01:48:29 » |
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EL CRISTO NACERÁ
(Navidad de 2005)
En alveolo fecundo sueñas, sabio y paciente, la exégesis bíblica cumplir.
Sonríe en el humilde pesebre, disfruta del abrazo de tu madre, regocíjate con el incienso y la mirra.
Serás infinitamente humano, ornarán tu frente rosas de bronce, vestirás manto de arcilla.
De olivo será la anunciada cruz, resistirás del hombre la estocada y manará dulce sangre de tu herida.
En cáliz lujoso se beberá, y alborozados "In Nomine Jesus Christus", otras sangres se derramarán.
MariaValente
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #5 : Diciembre 21, 2017, 01:50:52 » |
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Irene
BRIZNAS DE LUZ
Si ves oscuridad busca nubes de abril donde lavar sus vuelos.
Si ves oscuridad prende la flor de mayo encadena tu aurora.
Si ves oscuridad brinda la luz de junio ósculo de un camino.
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #6 : Diciembre 21, 2017, 01:53:09 » |
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Adiós con arcángeles y demonios
a Ricard Monforte, maestro.
Son tejidos dolientes las horas del afecto, inmortales esencias, pesadumbres del alma, clamores del espíritu manando su dialecto improntas de infinito, agobios de la calma.
Quisiera ver ahíta la urna del instante, el caz de sus principios, matices de su ciencia, las luces del vocablo, el verso desbordante, como cofre de honra a su invicta indulgencia.
Devuélvenos, Cibeles, los parnasos perdidos, los bosques, las llanuras, colinas del saber, en soplos del crepúsculo, los errantes sonidos, el eco de los pájaros rapsodas del ayer.
Reclamemos de Apolo olímpicas visiones, las coplas animadas, la perenne canción; arránquenos —no fluyan sufridas emociones— el cuchillo sepulto del frágil corazón.
Cuán piadosas las musas emergen desoladas, inextinguibles voces del sórdido jardín, los lirios de las cúspides, sus trémulas espadas, aromas constelados de un nocturno jazmín.
Retornen del destierro los debates profundos, serenas empatías, horas de plenitud, arcángeles gimientes y demonios jocundos, unidos al adiós cantando gratitud.
por Calendo Griego
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #7 : Diciembre 21, 2017, 01:55:31 » |
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Noche vieja en familia
¿Por qué estaba ella allí? un fantasma un muerto —con esa hiel en las venas— ¿para cuándo los huesos? o mejor… no ser ni huesos ni ceniza ni polvo ¡nada! —ni venas— pero no ¡ahora no! ahora una a una campanada a campanada las uvas...de la suerte… rodeada de risas de confeti de miradas de reojo de… ¡Extraños! Y el ladrido de sus venas.
Ojaldeb
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #8 : Diciembre 21, 2017, 01:58:05 » |
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PURA FANTASÍA
Entorno al oasis que linda mi Nilo, rezongan con triste soledad la luna, ráfagas de muerte, tormento y hambruna; voy a un abordaje de amor con sigilo.
Febril, y amarrando con palomas blancas los juncos que encubren enjambres de hieles, impongo en mis pechos blandidos en mieles torundas de golpes, y médulas francas.
Se me escurren llantos de inciensos y rosas, sulfuradas caen por cuitas ajenas; son castigos crudos a injustas condenas, gloriosos vislumbres en noches umbrosas.
Canto, cual susurra Venus alabanzas que son perdurables convites austeros, rompen en tormentas nimbos de graneros, inocuos desbordan lagos de esperanzas.
Impoluta y sutil huye fantasía envuelta en inopias del fundido ensueño; burlado con timbre mi anhelante empeño, me sumerge en un mar de melancolía. Carende 25/04/09
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #9 : Diciembre 21, 2017, 02:01:52 » |
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Triste Navidad
¡Oh dulce Navidad, triste de ensueño!. Qué mal te ven en casas del olvido, del olvido de un Dios, quizás perdido, dejando un nacimiento sin su dueño. ¡Señor!. Hay niños faltos de comida, no precisan turrón ni exquisiteces, sino el pan de tu amor y aquellos peces que ofreciste en la ruta de tu vida. Sin concebir motivo de abandono, ellos siguen muriendo de la hambruna y no quieren mirar hacia tu cuna, lo harían con los ojos del encono. Pobre la Navidad cuando consientes esta desigualdad en que se canta por un lado, canción que al hambre espanta, por otro, villancicos complacientes. No soy nadie, al haberte censurado me duele si te sientes ofendido, tú relegaste un mundo que, afligido, olvida a quien a ellos ha negado.
Nardy
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #10 : Diciembre 21, 2017, 02:07:25 » |
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AL ÁNGELUS. Al ángelus te elevas, madre mía, al misterio te fundes con ardor, ya tu copa consagras al amor, virtud que tu universo conseguía. Majestuoso equilibrio fue tu guía a regiones solemnes, diosa y flor engarzada en los iris de esplendor al Santo Celo viertes tu alegría. Persigo tu perfil, mujer amante, te anuncia con amor la gloria pura escanciada con luz y sal triunfante. El Edén se recobra en tu hermosura tus entrañas gestaron ese instante, mi orgullo, de tu vientre ser criatura.
Rosas.
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #11 : Diciembre 21, 2017, 02:09:18 » |
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ADORACIÓN
Si tu alma a mi ser correspondiera, al monte Olimpo ascendería, presto, para robar los tesoros de Hefesto y verter sus encantos a tu vera. En contra del dragón y la quimera la espada empuñaría con arresto, seguro de emerger, airoso, inhiesto, bañando con mi numen tu pradera.
Atrévete a catar el rojo vino fermentado con frutos pasionales nacientes en el pénsil del amor.
Si la miel de tus besos inmortales me brindaras, te juro, con fervor, en tus manos pondría mi destino.
Raúl Valdez
06/15/2011
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #12 : Diciembre 21, 2017, 02:20:39 » |
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Alpha_Centaury
Una de romanos
AVE LUCIO
Siento decirte que no podré devolverte a tu criado, a tus remeros ni tu navío. El desafortunado sirviente, nada más llegar a mi villa, cayó presa de las fiebres y murió. Nada más lejos de mi espíritu que criticar tu gestión de los recursos humanos, tus esclavos son tuyos y me libren los dioses de que se me pueda acusar de entrometido, pero he de decirte, ya que ver estas cosas es mi día a día, que los esclavos procedentes de Iberia, Grecia, Egipto, sur de la Galia e Italia, suelen sufrir esa clase de inconvenientes cuando se les pide un viaje desde sus cálidas tierras a esta zona tan inhóspita y llena de bárbaros. En cuanto a los remeros, sólo decir que se dieron a la fuga, deseosos, supongo, de refocilarse con todas las rubias y pelirrojas que esta hermosa tierra alberga. No son pocas y en consecuencia estimo que se tomarán un tiempo en volver y quizá ni regresen a Roma. Cabe añadir que el navío quedó hecho una pena. Era más útil despiezarlo para hacer leña que obligarle de nuevo a navegar. Confío en que estés de acuerdo con mi decisión. Siempre lo decías en nuestras correrías de antaño “Más útil es, más piadoso y más barato, Tito, criminal ejecutado que patricio en el exilio”. Sólo apliqué tu máxima.
Confío en que trates bien a mi esclavo celta. Él, joven, alto, fuerte y aguerrido, como buen hijo del trueno, tolera estos largos viajes por mar y con mal tiempo sin problemas. Eso sí, requiere un cierto mantenimiento, pues los de su raza devoran como el Dios Saturno. Si decides dejarle catar el vino, que lo pruebe con mesura, o si no te arriesgarás a que te deleite con el más estruendoso repertorio melódico, por llamarle de algún modo, de su tribu natal.
Hazme caso. No es un espectáculo agradable, como tampoco lo es el oponerse a él físicamente. Sólo reconoce mi autoridad.
Doy por hecho que asumirás, mi querido Lucio, los costes del navío en que ha venido mi esclavo, así como los gastos de la tripulación y del susodicho. Como dije anteriormente, mi esclavo tiene un mantenimiento. Permanecerá allí hasta que conozca Roma, pues existen unas gestiones acumuladas por hacer, de naturaleza tan vital que son mortales, y, además, a mi pobre esclavo le apetece expandir sus horizontes, pues debido a sus circunstancias y condición no ha visto mucho mundo.
Supongo que esto no ha de suponer molestia alguna, pues hay constancia testimonial y escrita de que yo debí costear a tus hombres cinco meses (hasta que desaparecieron) mientras aquella terrible epidemia de disentería les diezmaba, ya que se encontraban aislados de su patria y su señor, y yo era el referente romano más cercano que tenían. Como buen amigo tuyo, no te trasladaré la factura de mi físico, pero con mis testigos en la mano puedo asegurar y aseguro que la factura fue cuantiosa.
Quiero expresarte mi más profundo agradecimiento por haber cuidado a mis jilgueros en mi ausencia. Fue un hermoso gesto mantenerlos en tu villa después de haber persuadido al César de enviarme a este destino tan ilustrativo para mi formación militar y política. Agradezco también el enorme despliegue que has hecho para comunicarme que los jilgueros han muerto y que mi enamorada, cansada de esperarme, ha sido prometida a tu hermano en matrimonio. Y bueno, te escribo para decirte que hoy llueve, que cada vez que siento el azote del reuma pienso en ti y que tengo ganas de que me escribas contándome de tu salud.
TU AMIGO TITO
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #13 : Diciembre 21, 2017, 02:21:50 » |
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Cine
No desees convertirme en la escena errónea, el acento esclavo. Persigo fallar al rozarte, acotas un efímero guión, sustituyes por arte lo absurdo de nuestros brazos ciñéndose. De pronto, un golpe brusco de claqueta, dicen: la damos por válida.
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #14 : Diciembre 21, 2017, 02:28:43 » |
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Mamá algún día será mi abuela
Durante muchos años viví a través de mi mamá, por aquel entonces ella era una niña. Me enseñó a hablar y participé en todos sus juegos. Un día me di cuenta de que ella ya era una jovencita, y todo cambió para mí.
Actualmente estoy encerrada en una bolsa de celofán, me siento abandonada. ¿Cómo mamá pudo olvidarse de mí?
Nací hace treinta y cuatro años, sin embargo sigo siendo muy pequeña. A veces mi abuela Lili me baña con un aerosol. No me gusta y a la vez me pongo contenta, porque se acuerdan de mí y me siguen cuidando; parece que es un remedio, no sé de qué me curan. Mami dice que pueden enfermarme las polillas. Tal vez es contagioso y por eso estoy en el armario.
A mi manera soy feliz, vivo de los recuerdos, con la esperanza de que mi mami vuelva a por mí. La conocí cuando ella aún no había cumplido un año. Estaba muy enferma, cuando mejoró y salió de su estado de inconsciencia me encontró entre sus brazos. Tuve miedo de que mamá no me quisiera, soy muy fea. Qué alegría tuve cuando me besó intensamente, se produjo un gran encantamiento entre ambas. Poro, la abuela de mami, me dio vida con trapos, hilos y costuras. Mi piel es de paño verde, sobre ella bordó mis facciones. El cabello rubio es de lana, creo que destejió algo y quedé con rulitos, en consecuencia estoy siempre despeinada. Tengo un vestido cuadrillé celeste y blanco, no se puede sacar, es parte de mi cuerpo. Tengo brazos sin manos y piernas sin pies.
Me llamo Vivi, mi mami me decía continuamente que era linda. Claro, me veía con ojos de madre, me hizo creer que era bella. Hacíamos comida con sus cacharros, y cuando mami jugaba a ser profesora como la abuela Lili, yo era su mejor alumna, me creía perfecta. Las otras se portaban mal, no estudiaban y no eran hermosas. Dormía todas las noches con ella, era maravilloso. Todos los días llevaban a mamá a la casa de su abuela Luci para que la cuidara, así la abu Lili podía ir a trabajar. Me llevaba atada con un hilo a su cintura, tenían miedo a perderme y yo ni les cuento, tenía pánico.
Puedo contar cada día de la vida de mamá durante su niñez. Muchos años después, ya no volvió a jugar conmigo, me puso sobre su cama y quedé inmóvil, cada vez compartía menos con ella. Pero me seguía cuidando igual, especialmente para que su perrita Jesi, que era muy traviesa, no me rompiera.
Un día, después de un largo tiempo de estar descansando sobre su cama, me guardó en el armario para protegerme mejor, eso me dijo. Hoy sigo ahí y vivo de los recuerdos.
Me enteré de que su papá se fue al cielo, cuando mami tenía veinticinco años, era un abuelo muy bueno, también me cuidaba mucho. Un día le di un disgusto enorme, me quedé escondida en la casa de la amiga de mami. Fue la única vez que dormí sin ella y en otra casa, como dicen los niños, ¡me lloré todo! Los abuelos me buscaron hasta el cansancio, yo estaba tan desesperada como ellos. Mientras tanto, la abuela Poro trabajó durante toda la noche, hizo otra igual, pero mamá se dio cuenta al instante de que no era yo, hasta le puso otro nombre. Me encontraron al día siguiente y regresé a casa; la otra, la intrusa, estaba sobre la mesa, la odié al instante, tenía celos. Cuando mamá me vio, lloró conmigo de alegría, la otra no era nadie. Yo seguía siendo su única hija.
El paso del tiempo gastó mi piel, tengo remiendos en la cara, la abuela Poro me curó. Hoy sigo dentro del armario, en la bolsa de celofán. Mamá a veces me acaricia, me transmite el amor de siempre, pero no juega. Siempre sueño que ella tenga una hija de verdad y que esa niñita me adopte.
Me enteré que mami va a tener un hijo. Tal vez con el tiempo, Lucas tenga una hermanita y mamá será mi abuela, volveré a vivir.
Liliana Valido
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