María Teresa Inés Aláez García
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« : Mayo 02, 2017, 09:57:56 » |
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Infusa sociedad de manos puras, presa en cárceles de afectos, que amas, con timidez vacía, secreto miedo, coartadas que acarician sin escrúpulo otras muertes.
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Aunque tus ojos verdes, esmeraldas al acecho —a veces — se empañaban de puñales herrumbre de cadenas resabios… echaré en falta tus bizqueos de ignorante frenesí.
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A besos con esa flor con ese pubis, como si hubiéramos existido, como si existiéramos aún.
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Sin maquillajes, enfurecida, la dama gruñe al mar Cuánto tamaño. Cuánta tiniebla. Cuánta violencia para la proa de la gabarra —torso de pétalo— y su candil.
ojaldeb
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #1 : Mayo 02, 2017, 09:58:43 » |
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EL SILENCIO
El frenesí de una aflicción cautiva busca el callado Olimpo que redime el fuego delirante de la liza, desatando del alma nudos tristes.
Allí, en la complacencia del silencio, de fulgor se corona la armonía, y engarzándose dúctilmente al viento pulula en la fragancia de las lilas.
Constriñe contumaz el escenario, embeleco de amor, también de sangre. Aprehende su embrujo regresando al maná vigoroso y dominante.
¡Quimeras; sombra de luna en las albas! Encubre los retazos de deseos. Retorno a tus regiones silenciadas a solazar sometidos anhelos.
Carende 29-09/10
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #2 : Mayo 02, 2017, 09:59:39 » |
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Quinteto
Ojos pulcros, portales de alegrías, boca de brisa, brescas de dulzura me contaron, mi bien, que me querías, y abrigo obtuve en la sutil ternura etéreo cendal con que dormías.
Nardy
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #3 : Mayo 02, 2017, 10:00:34 » |
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POR TAN DULCE AMOR SUSPIRO. Por tan dulce amor suspiro, en tu celo me consumo, mi fragancia va en el humo, gema, rayo en su zafiro. En el latir de las albas explosionan tus colores, la linda faz de las flores bendice los rezos malvas. Y yo acudo a tu presencia a empaparme de tu aliento, aturdida te presiento en el mar de mi conciencia. A tu luz nacen mis versos, de tus plantas olorosas surgen virginales rosas hacia ti sus tallos tersos. Se murió la sombra fría por el cerro y con presteza, me libro de su fiereza y vuelve al fin mi alegría. Las sutiles golondrinas, sus alas, rico tesoro, peinan al sol con decoro entre nubes diamantinas. M. Antonia.
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #4 : Mayo 02, 2017, 10:01:19 » |
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DOLOR Y HELOR
Escupe el desamor su acero, fiero, dejando al músculo sin vida, vida. Por el filo del sable artero muero, y el báratro en mi honda herida anida.
La sangre de mi pecho fluye, huye, y un suspiro del alma rota brota. Este sufrir que me destruye incluye un lóbrego sonar de ignota nota.
Si ayer dijiste amarme tanto, tanto, ¿me das ahora inmerecido olvido? Mi alma lleva como manto, llanto, cenizas de un querer perdido, ido.
Exhalo un último clamor, amor, y tiemblo con asaz dolor y helor.
Raúl Valdez
08/23/2006
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #5 : Mayo 03, 2017, 08:15:12 » |
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Alpha_Centaury
Simulo existencia
Simulo existencia al beber la sangre de la luna. Duermo cuando los hijos del sol disputan su jornal. Rapto fantasmas y, a veces, me implico en luchas inasibles.
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #6 : Mayo 04, 2017, 12:43:00 » |
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Tres vueltas de llave
De ella apenas conocía su silueta, lo poco que dejaban traspasar los visillos de su ventana. Siempre la imaginé triste, deambulando, sumida en sus pensamientos; tal vez la música que día tras día junto con alguna trasnochada tarde llegaba desde su apartamento, me hacia percibirla así.
Un eterno Sabina cantaba desgarrado. Creía poder reconocerla en cualquier parte. En numerosas ocasiones había fantaseado con un encuentro casual con ella. Ya saben, un cruce de miradas, un imprevisto roce en el ascensor. Cuarto C, A. García, esto era lo único que se leía en su buzón, Amalia, Alicia, Alma, Aurora, Arabela... yo seguía especulando con su nombre; Alma; para mí sería Alma.
Me acostumbré a llegar pronto a casa, intentando no hacer ruido, todos mis sentidos permanecían alerta a cualquier sonido que procediera de su estancia. Escuchaba cómo Alma abría la cerradura, tres vueltas de llave, y un sigiloso cerrar, dos pasos y el bolso aterrizaba en el sofá; casi al mismo tiempo Sabina cantaba “ llegas demasiado tarde, princesa” y así era: tarde a mi vida. Alma y yo teníamos un horario parecido. Si hasta ese momento no habíamos coincidido al salir por las mañanas, era sobretodo porque yo retrasaba mi salida hasta que ella cerraba su puerta, tres vueltas de llave, y yo exhalaba un suspiro detrás de la mía, preparado para salir.
Pasaría todo el día esperando llegar a casa. Aguantando la murga de unos y otros, los cuchicheos a mi espalda, para ellos yo era el raro, el que no hablaba, no contaba nada sobre su vida anterior. No tenía ninguna intención de trabar algún tipo de relación con ellos, aparte de la necesaria para desempeñar el trabajo. Solamente con el de contabilidad parecía estar más en sintonía. Como un acuerdo tácito, compartíamos mesa durante el almuerzo, él se enfrascaba en su periódico y yo en el mío. Bastaba con unos buenos días, y media sonrisa.
Abstraído como andaba, no me di cuenta de que el contable realizaba el camino de vuelta a casa unos metros detrás de mí. Tampoco sé qué lo alentó aquel día a alcanzarme, a seguir caminando a mi lado sonriente y dicharachero; durante dos años sólo habíamos cruzado los buenos días y poco más. Persistía en su camino a mi lado, yo, enojado, apretaba el paso, y él seguía, bla..bla..bla. Bruscamente, me detuve delante del portal, a la vez que, atónito, veía cómo el contable, sonriente, sacaba un llavero del bolsillo, y dirigiéndose a mí decía; Cuarto C , ya sabes dónde tienes tu casa.
Erial
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #7 : Mayo 04, 2017, 12:44:03 » |
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En secreto
Soledad, en secreto capturas las palabras en llantos de silencio, al abrigo del alma.
Entreabres la puerta a profundas heridas. Confidente, candela de las voces cautivas.
Oprimes los deseos bañados de nostalgia. Sumisos sentimientos mendigan la esperanza.
Liliana Valido
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #8 : Mayo 08, 2017, 08:14:32 » |
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CUANDO NADA PASA
¡Ocultan tan bien las estrellas su lejana presencia! Y yo que estoy aquí, al verlas desde el mismo planeta me sé lejano y siento pena...
En su brillo agradable desespero en buscar la clave de mí, de todos; nadie.
¡La noche en silencios enreda, hipócrita ramera, ficciones de mala novela! Librado de miserias, odio su calma de cadenas.
Odiándola, me invaden inútiles piezas de jade y volutas de aire...
Dage
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #9 : Mayo 08, 2017, 08:15:28 » |
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El no Poeta
Pertinaz e infame hado yo resisto tu señuelo, ¡arruina ya mi desvelo! Ojos en surco tostado.
Sintiéndome ruin bagazo confina mi juicio al diestro, si no conozco maestro, de sabias letras ni trazo.
Como navío varado soles conté con recelo, cogí la pluma del suelo en tregua con el tarado.
Arrogante, afloja el mazo, raspa mi rostro siniestro, tan rico convite vuestro naciente de un novel lazo.
El guardián sutil y osado me mostró radiante al cielo, mira al frente con anhelo, concluirás roto y cansado.
Frunció la tinta un abrazo esclava de lo que muestro, terminé con mi secuestro; oda libre en mi regazo.
Mac de la Torre
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #10 : Mayo 08, 2017, 08:18:08 » |
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Altabix
Quizá la vida no reparó en dotarme de un fondo de armario emocional, jamás me llevé bien contigo, cielo mío Mas no por odiosa dejé de quererte; siempre tan injusto contigo, cielo mío. Será mi agrio carácter, será porque ansiaba que mis fantasías te transformaran y ansiaras ser transformada, “tuneada” con gracia. Te quería tan perfecta, anhelo inalcanzable, adorable ángel. No pude disfrutarte como deseaba, por mi insufrible egoísmo, estúpido animal cegado. Aún sigo pensando que habría sido hermoso que fueras la manifestación de mi ideal, la encarnación sublime de mi modelo. Lamentable. Entiendo tu suicidio, cielo mío. Soy insufrible, lo sé, pero fui todo amor hacia ti, perfecto, a excepción de algunas cosas que... ya no importan. Voz sublime de la mañana; tan enamorado estaba de ti, cielo mío, que tus constantes reproches los escuchaba con fascinada atención. Recuerdo aquel día en que perdiste los nervios, cogiste un cuchillo y con actitud amenazante, avanzaste hacia mí; yo retrocedí, recordándote lo caros que son los abogados y es que, cielo mío, gastar dinero te resultaba tan desagradable... tan sólo la idea de tener que comprar algo, incluso la barra del pan a primera hora de la mañana, te producía una gran desazón. Mas yo siempre te amé, soportando incluso tus estúpidos celos con abnegada paciencia; tu reproche constante por aquel estúpido asunto con tu hermana, que no tuvo mayor trascendencia, al fin y al cabo, siempre dijiste que estabais tan unidas que erais casi la misma persona. Hoy es San Valentín, te he comprado una botellita de colonia, te la dejo aquí, al lado de los gladiolos. ¿Qué bonitos son verdad?, tan elegantes y estilizados; me evocan tu talle y carácter.
Disfruta de tu descanso, cielo mío, ahora tengo que irme, hoy como en la casa de tus padres, ya sabes que tu hermana, tan cariñosa ella y que tanto te quiere, es muy maniosa con la puntualidad.
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #11 : Mayo 08, 2017, 08:20:02 » |
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Maternidad
Sí a tiempo, una caricia, un no simple con decoro, la palabra en el instante, su ternura protectora, la dulce complicidad, exonera al ser amigo. El abrazo confidente, las noches en inquietud, es su embrujo. El amor correcto, blanco, en un reproche se ahoga; la tristeza que se omite. Una mirada se obstruye en las edades de oro. Su amistad no la destruyas: débil, no la necesitas. El vínculo permanente es su embrujo La opinión ya corregida o libre y los mil errores, los esfuerzos laborales con el cuidado infantil, las canas, pronto, sedosas, las arrugas en la frente, en la enfermedad, quietud, su quehacer dulce y útil, es su embrujo El dar todo y no pedirlo, a los nietos asistir, el defender por encima de principios inflexibles, la búsqueda previsora, encontrarse sin escalas, la noche entera esperando, la explicación invisible, es su embrujo. Sea varón o mujer. Su estatura, raza, ideas, listo o necio, malo, inútil, su estima todo redime; La senectud le descubre la imagen de tu persona: un espíritu inherente, el joven hábil y dócil. Es su embrujo.
Corregido en el foro Metáforas de Diana Gioia. (c) María Teresa Aláez García. Mayte Aláez. Mtiag.Pernelle.
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #12 : Mayo 08, 2017, 08:29:27 » |
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Escrito durante el trayecto en tren desde Cartagena hacia la Unión y corregido en el foro Metáforas de Diana Gioia.
En recuerdo de un verso de Manuel Altolaguirre, inserto en un poema dedicado a Lorca: "yo y mi sombra, ángulo recto".
La pluma en mi mano es buque velero de signos e impromptus, bulto de venenos, arriba al papel en cande silencio. Larga sutileza con un azar diestro.
La pluma en mi mano. De perfiles viejos guía constructora, guarda de misterios. Visión de ladrillos rojos y berrueco. Sobre sus paredes pasean los versos.
Mi pluma en la mano, alambre sintético. Sufre; es estéril. Libre de conceptos. Pulsos electrónicos, hilos indefensos de luz abismal giran por sus cielos.
La pluma en mi mano grita por el pecho. Lo que jamás dice se expone en los besos. En el hombro, inmóvil, pervierte los nervios. Llega hasta los surcos, transforma los dedos.
La pluma en mi mano sigue vericuetos. Calígrafa ágil, peligros inciertos. Provoca temor, carcajea en sueños. Navaja brillante: corregirá yerros.
Poeta febril, glacial nube, cierzo. Veloz por el monte a través del tiempo. Muy apasionada ante tu deseo. Psique, paso, hija piadosa en sus rezos.
Plumilla en mi mano. Atroz cortafuegos. Vuela entre las nubes y sale a tu encuentro. Descubre mi pluma. Te da mis proyectos. Abanico dúctil de voces al viento. Abril 2003.
Corregido en el foro Metáforas de Diana Gioia. (c) María Teresa Aláez García. Mayte Aláez. Mtiag. Pernelle.
Dedicado a todos mis amigos y amigas de Metáforas. Y, en concreto, a Diana. ¡Gracias!
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #13 : Mayo 08, 2017, 09:54:42 » |
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NACIMIENTO
En un ocaso suave, de risas y pastores, la tierra se llenaba de crecientes rumores y en un pueblito hebreo, bajo el yugo romano, daba a luz una Virgen, en un portal cercano.
Al nacer ese niño, que salvaría el mundo, la humanidad tomó un porvenir fecundo. A adorarle llegaban de múltiples rincones, le traían presentes, entonando canciones.
En esa misma fecha, de distantes regiones, tres Magos arribaban con la piedad patente. Ante Dios accedía toda clase de gente: pastorcillos risueños, de cortos pantalones, ilustres publicanos, de grandes posesiones; plebe buena y humilde que tan sólo pedía paz, amor y trabajo. El Niño, en su utopía, se despertó sonriendo y, con fértil ternura, a todos les bendijo en celestial ventura.
Era una noche clara… con brillos de armonía.
Candela Martí
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #14 : Mayo 11, 2017, 08:45:35 » |
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Estoy, siempre
Escucho el fuego de su mirada distante. Duele. El desconsuelo suelta sus alas. Asoma el puente,
es espejismo. Nuestras raíces en el abismo,
solo silencio; roba mis lágrimas de madre. Emergen huellas, recuerdos; sangre del alma. Contigo siempre.
Liliana Valido
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