María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #30 : Septiembre 24, 2016, 07:00:19 » |
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Lady Ágata
¿O será sólo el calor?
En las últimas horas, un viento gélido del norte nos ha traído el otoño. Los pájaros, atónitos, han cesado de trinar, callan mientras deciden si ha llegado el momento de migrar, posados sobre las ramas del cerezo rosa de mi jardín que aún conserva el verdor de unas hojas que se resisten a morir.
Apenas hace unos días, sofocada por el calor y la pasión desbordada tras una velada de desenfreno en la distancia, me avergonzaba por mi aspecto descompuesto: cubierta de sudor, lágrimas derramadas durante los instantes de éxtasis y fluidos vertidos por mi cuerpo enajenado por el deseo… ¿O era sólo el calor?
A veces pienso que si no encuentro la forma de sofocarlo, de extinguir este fuego viviéndolo junto al hombre que amo, el volcán me consumirá, anihilándome, reduciéndome a cenizas sin esperanza. ¿O será sólo el calor? El calor del verano teórico de los calendarios ingleses que ya abandonó el país sin apenas haber llegado.
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #31 : Septiembre 24, 2016, 07:03:24 » |
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Infiel
Encubierto en la cruz de mis pesares agoniza un rosario por tu ausencia; cruel blasón en tu crápula indecencia al mudar certidumbre por azares.
Buscando conocer todos los mares, te enrolas en bajeles de insolencia sucumbiendo, en tu afán e inexperiencia, ante hoscos bajíos insulares.
Sojuzgas la virtud de las mujeres basándote en tu sórdida ignominia, barniz de tus impúdicos placeres.
Baldón de estupidez y misoginia, confundes la moral de Baco y Ceres cubriendo tu taimada poliginia.
Rosa (20/10/2011)
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #32 : Septiembre 24, 2016, 07:05:24 » |
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Rebeldías
Amigo, ¿dónde brillas? No te veo mimando el amarilis de la endecha. Sitúo tu estadía en los marjales para enraizar el lustre de las letras.
¡Malditos los caireles y temblores del orto, del amor y del ocaso! Prefiero la caricia de violines, la hiel de una pavana en camposanto.
Canéfora, sublime sustentante, ¿mantienes la techumbre de mi fobia al glauco despertar en los suburbios? ¡Rebélate, discrepa con la gloria!
Señala con el dedo a los querubes, fatídicos iconos de ultratumba. Despierta en rebeldía contra el dios del hambre, de la fe, de la incultura.
Si fulge tu cansado sacrificio al comprimir mi lastre inhibitorio, pagina en la memoria a nuestro guía: astuto timonel, ausente gozo.
Numera en pergamino vuelos áureos, punzantes alusiones al vacío, sus loas al melisma ruiseñor, los versos de sus últimos suspiros.
Augustus
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #33 : Septiembre 25, 2016, 06:40:10 » |
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Noctiluca
Trémula en el andén de algún recuerdo se evapora mi alma en la espesura, tu sonrisa se esconde en las calígenes y me envuelve en sus trinos la cicuta.
Va forjando la espera en mis pupilas un mundo de grilletes que coruscan y rotan sin sentido las palabras, oraciones inútiles, sin brújula.
Un recóndito adios tu gris vocablo, lacerante tu roce, piel hirsuta, sarcástica la estrella sin tu rictus remota en el confín de una burbuja.
Te espero en mi ramal anochecido, pavesa de tu lumbre, noctiluca. _____________________________
Albadiosa
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #34 : Octubre 01, 2016, 01:30:33 » |
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REGRESO
Regreso de la luz hermosa y blanca, de la sentida voz de los azules, con la antigua inocencia entre las manos y el grito en laboriosa mansedumbre.
Hoy, de nuevo, me hieren las ausencias, girones de ilusión desmantelada. Me reciben la lluvia y el silencio, la pena en los dinteles de mi casa.
Y volveré, a desandar lo andado, cual Penélope eterna y decadente con la caricatura de la risa. Un extraño vigor mi cruz sostiene.
María Bote. 5 – 5 -2012
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #35 : Octubre 01, 2016, 01:32:34 » |
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Evolución
En la comarca distante me espera un plácido nido con un futuro brillante en universo florido.
Primaveras policromas en un ámbito de otoños con explosiones de aromas, nuevos sonidos, retoños.
El alma envuelta en un manto de trinos y poesía, se olvidará del quebranto entre arpegios de alegría.
El perfume de gardenias entrará por mis ventanas, sensaciones primigenias invadiendo mis mañanas.
Mariposas del edén en inquietante revuelo, ellas serán el sostén de una palma en raro suelo.
Le pido a Cronos que vuele apresurando su flujo porque la calma me duele, soy cautiva del embrujo.
Gisela Cueto Lacomba 22 de marzo del 2015
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #36 : Octubre 01, 2016, 01:33:34 » |
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***Laberintos*** Abrupto atardecer de mi existencia; en resumen análogo percibo un sendero espinoso, creativo, rebosante de lucha y evidencia. Dos robles de ancestral magnificencia abrazan un vaivén generativo de orgullo indescriptible. Mi objetivo: conducta diferente, antiviolencia. Bloquea mis atajos el invierno. Paredón de detalles indistintos marchita en el vergel las amapolas. De arrojo maternal y sempiterno destruyo incertidumbres, laberintos y planto en mis jardines caracolas Blanca Amelia Santos (Wella) 02/07/06
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #37 : Octubre 01, 2016, 01:35:21 » |
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AMOR DE LA LAGUNA (Soneto Alejandrino) Amor de la laguna, mi afán por ti no cesa. No trates de eludirme; concédele a mi piel, rendida y destrozada, sentir tu boca infiel. Aguzo mis sentidos en lucha tan aviesa. Apáticas razones mi lógica profesa, en lúgubre refugio resisto tu arancel; porfiado desacierto, soñar con aguamiel. Amor de la laguna, por ti seré confesa. Jirones de mi alma lesionan los caminos agrestes de tu otero, detrás de una utopía, facsímil de Cervantes, luché con sus molinos. Confusa voz del Sancho, terribles desatinos, condena perdurable, febril quijotería. Jirones de mi alma verás en los espinos. mariaValente
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #38 : Octubre 01, 2016, 01:37:28 » |
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EL ÚLTIMO TRAQUETEO Irene
De nuevo, la seda intentaba atraparme en su capullo, mas mi rápida
metamorfosis me lanzó a un tren destartalado y casi vacío. No teníamos
AVE, por eso el extremeño de a pie prefería el coche. Yo debería haber hecho lo
mismo, pero cuando mis alas se extienden es imposible pararme. A pesar de mi
ansiada soledad, penetré en un compartimento donde una joven se columpió en
mi mirada.
-Buenos días- susurré con respeto. Su figura y rostro me llevaron a tratarla con
cierta cortesía. No contestó, sólo sonrió.
Movimiento y silencio me lanzaban en brazos de Morfeo, cuando escuché su voz:
-El filón de los quince hace años que traspasó tu puerta. ¿ Recuerdas?, la
libertad inundaba tu cuerpo. Descalza, corrías por alamedas hasta los ojos del
puente.
Luego, extendías tu halo por todo el planeta, al lomo de un Rocinante moderno.
De tu boca brotaba música de palabras aún no escritas.
- ¿Cómo te atreves?, ¿quién eres?
- Soy tu musa, te invito a que no pierdas el traqueteo de tu último tren.
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