María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #15 : Enero 16, 2016, 07:38:34 » |
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Nardy
¡Oh dulce Navidad, triste de ensueño!. Qué mal te ven en casas del olvido, del olvido de un Dios, quizás perdido, dejando un nacimiento sin su dueño. ¡Señor!. Hay niños faltos de comida, no precisan turrón ni exquisiteces, sino el pan de tu amor y aquellos peces que ofreciste en la ruta de tu vida. Sin concebir motivo de abandono, ellos siguen muriendo de la hambruna y no quieren mirar hacia tu cuna, lo harían con los ojos del encono. Pobre la Navidad cuando consientes esta desigualdad en que se canta por un lado, canción que al hambre espanta, por otro, villancicos complacientes. No soy nadie, al haberte censurado me duele si te sientes ofendido, tú relegaste un mundo que, afligido, olvida a quien a ellos ha negado.
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #18 : Enero 18, 2016, 10:47:05 » |
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M. Antonia.
AL ÁNGELUS. Al ángelus te elevas, madre mía, al misterio te fundes con ardor, ya tu copa consagras al amor, virtud que tu universo conseguía. Majestuoso equilibrio fue tu guía a regiones solemnes, diosa y flor engarzada en los iris de esplendor al Santo Celo viertes tu alegría. Persigo tu perfil, mujer amante, te anuncia con amor la gloria pura escanciada con luz y sal triunfante. El Edén se recobra en tu hermosura tus entrañas gestaron ese instante, mi orgullo, de tu vientre ser criatura.
Rosas.
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #22 : Enero 24, 2016, 04:57:29 » |
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CUANDO TODO PASE
Cuando pase el tiempo y se extinga el sol, morirán las flores, mas nunca mi amor.
Al morir la noche, con las alas rotas partirán los sueños a un cosmos de sombras do reyna el silencio. Mas nunca mi amor.
Cuando calle el eco de un canto postrer llegará el invierno al humil clavel, mas ni el gurdo hielo vencerá a mi amor.
Cuando todo pase y no exista nada, podrás encontrarme en tu corazón. Ausentes los mares, mas nunca mi amor.
Cuando pase el tiempo y se extinga el sol, morirán las flores, mas nunca mi amor.
Raúl Valdez
02/02/2014
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #23 : Enero 24, 2016, 05:00:14 » |
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Alpha Centaury
VIAJE, CON PARADAS, A UN FUGAZ DESENLACE:
PAPÁ. Fue muy linda mi despedida de papá. Él piensa que soy un imbécil, que esa chica no merece la pena, que ninguna mujer merece la pena. Yo sólo sé que estoy enamorado. Sin embargo, siento que mi padre y yo tenemos mucho en común.
HUMILDAD. Sé que soy de origen humilde, que la sociedad piensa que no valgo nada, pero ¡juro que me respetarán!
NAVAJAS. Antes de salir, tomé prestadas dos navajas. A ver si tienen huevos de atracarme.
AMOR. Mil veces amé antes y mil veces amaré después, pero nunca tanto como ahora… ella también me querría, sí, ¡me querría! si no hubiera tantos kilómetros por medio…
DINERO. Este verano gané un dinerillo recogiendo la mierda de otros. Ahora que otros recojan la mía.
MAMÁ. No quiere a papá ni a mí tampoco. Nos abandonó. Es la típica mujer que no vale la pena. Una mujer como Dios manda siempre debe permanecer leal a su esposo y a sus hijos.
AMISTAD. También estoy muy decepcionado de mis amigos. Los amigos deben ser de fiar. Deben estar ahí cuando uno los necesita. Si un amigo no está cuando lo necesito, no es amigo mío. Y tal y como están las cosas, he llegado a la conclusión de que no tengo amigos.
COBARDE. No saber luchar por lo que se quiere es de cobardes. Por eso siempre he luchado y la mayor parte de las veces me he salido con la mía. Y cuando sufro, no permito que nadie vea mi dolor. Y nadie me verá llorar en la estación.
VIAJE. No llevo maletas. Tampoco importa. Sólo un bocadillo y un par de latas de refresco para el camino. Procuraré dormir durante el trayecto en autocar. Luego me meteré en cualquier hostal, no me voy a poner exquisito. El dinero está para cosas más importantes. Sonrío, no vendrán a recibirme. Eso es justamente lo que quiero.
FUTURO. Antes soñaba con un título en informática, una bella mujer a mi lado y la compañía de mis amigos. Se acabó el momento de soñar.
DESENLACE:
Una semana después, consiguió degollar al muchacho con quien la que fuera su chica se había enrollado, aunque se quedó con las ganas de darle un escarmiento a esa zorra que le recomendó que no viniera a pelear por ella; pero la Guardia Civil fue más rápida. Sus antecentes de consumidor de drogas, pandillero agresivo y maltratador de su propia madre jugaron en su contra.
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #24 : Enero 24, 2016, 05:02:34 » |
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Tres vueltas de llave
De ella apenas conocía su silueta, lo poco que dejaban traspasar los visillos de su ventana. Siempre la imaginé triste, deambulando, sumida en sus pensamientos; tal vez la música que día tras día junto con alguna trasnochada tarde llegaba desde su apartamento, me hacia percibirla así.
Un eterno Sabina cantaba desgarrado. Creía poder reconocerla en cualquier parte. En numerosas ocasiones había fantaseado con un encuentro casual con ella. Ya saben, un cruce de miradas, un imprevisto roce en el ascensor. Cuarto C, A. García, esto era lo único que se leía en su buzón, Amalia, Alicia, Alma, Aurora, Arabela... yo seguía especulando con su nombre; Alma; para mí sería Alma.
Me acostumbré a llegar pronto a casa, intentando no hacer ruido, todos mis sentidos permanecían alerta a cualquier sonido que procediera de su estancia. Escuchaba cómo Alma abría la cerradura, tres vueltas de llave, y un sigiloso cerrar, dos pasos y el bolso aterrizaba en el sofá; casi al mismo tiempo Sabina cantaba “ llegas demasiado tarde, princesa” y así era: tarde a mi vida. Alma y yo teníamos un horario parecido. Si hasta ese momento no habíamos coincidido al salir por las mañanas, era sobretodo porque yo retrasaba mi salida hasta que ella cerraba su puerta, tres vueltas de llave, y yo exhalaba un suspiro detrás de la mía, preparado para salir.
Pasaría todo el día esperando llegar a casa. Aguantando la murga de unos y otros, los cuchicheos a mi espalda, para ellos yo era el raro, el que no hablaba, no contaba nada sobre su vida anterior. No tenía ninguna intención de trabar algún tipo de relación con ellos, aparte de la necesaria para desempeñar el trabajo. Solamente con el de contabilidad parecía estar más en sintonía. Como un acuerdo tácito, compartíamos mesa durante el almuerzo, él se enfrascaba en su periódico y yo en el mío. Bastaba con unos buenos días, y media sonrisa.
Abstraído como andaba, no me di cuenta de que el contable realizaba el camino de vuelta a casa unos metros detrás de mí. Tampoco sé qué lo alentó aquel día a alcanzarme, a seguir caminando a mi lado sonriente y dicharachero; durante dos años sólo habíamos cruzado los buenos días y poco más. Persistía en su camino a mi lado, yo, enojado, apretaba el paso, y él seguía, bla..bla..bla. Bruscamente, me detuve delante del portal, a la vez que, atónito, veía cómo el contable, sonriente, sacaba un llavero del bolsillo, y dirigiéndose a mí decía; Cuarto C , ya sabes dónde tienes tu casa.
Erial
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #25 : Enero 24, 2016, 05:03:47 » |
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Besos de luz
Afloran tus sentidos. Juega con la alegría, descubre tus caminos
lejos del horizonte. Escucha los matices de las nubes. Acordes
de arcanos infinitos. En tus ojos se agitan besos de luz muy tibios.
Liliana Valido
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #26 : Enero 24, 2016, 05:05:02 » |
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A BORGES
Vivo en una vorágine fantástica rica en rosas, en tigres y en espejos. Adoro tus escritos, algo viejos, de verdad y ficción en mezcla plástica. Te dedico tu forma predilecta a falta de mejores homenajes, Pues no sé de los vikings sus lenguajes, utilizo tu habla circunspecta.
Al poco de cumplidos diecinueve me fascinó "El Aleph", ese relato donde advertí, confuso,mi retrato inmerso entre lo místico y lo aleve.
Hoy, tu último antojo está incumplido, te guarda la memoria, no el olvido.
Dage
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María Teresa Inés Aláez García
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« Respuesta #27 : Enero 24, 2016, 05:06:12 » |
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El no Poeta
Pertinaz e infame hado yo resisto tu señuelo, ¡arruina ya mi desvelo! Ojos en surco tostado.
Sintiéndome ruin bagazo confina mi juicio al diestro, si no conozco maestro, de sabias letras ni trazo.
Como navío varado soles conté con recelo, cogí la pluma del suelo en tregua con el tarado.
Arrogante, afloja el mazo, raspa mi rostro siniestro, tan rico convite vuestro naciente de un novel lazo.
El guardián sutil y osado me mostró radiante al cielo, mira al frente con anhelo, concluirás roto y cansado.
Frunció la tinta un abrazo esclava de lo que muestro, terminé con mi secuestro; oda libre en mi regazo.
Marc de la Torre
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