Dos razones
Con mi más dulce recuerdo
hoy pinto de verde el alma,
va retornando la calma
a mi orbe poco cuerdo.
Agudo me muerde el frío
y la absurda indiferencia.
Ya se agotó mi paciencia
ante el cruento desafío.
Procuro salir airosa,
tengo dos grandes razones,
no bastan los corazones
busco la fe poderosa.
Quiero apartar las espinas
para que avancen los pasos,
hacia remotos ocasos,
en camino sin calinas.
Ruego coraje y ventura
en la marcha consecuente
para sembrar la simiente
de fortaleza y ternura.
Gisela Cueto Lacomba
26 de diciembre del 2012