Raúl Valdez
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« : Marzo 02, 2014, 05:29:34 » |
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Estar vivo es tener la dicha de volar con la imaginación, hacer planes para el futuro, conquistar cada día una meta y aprender de nuestros errores. Es increíble cómo algunas personas, de repente, se olvidan de disfrutar de cosas tan simples como una charla amena, una taza de café, la sonrisa de un niño o de un amigo, el aroma de las flores, la tierra mojada por la lluvia, un beso, un suspiro enamorado, tararear o silbar una canción, recordar el primer amor, sentir con los ojos cerrados la tersura de una flor y darse cuenta de nuevos detalles que no se perciben con la vista. Estar vivo, para mí, es disfrutar de la poesía, la música, un buen partido de fútbol, recibir una llamada telefónica del ser especial cuando justo estoy pensando en ella, cantarle una canción antes de dormir, amar y ser amado y decirle lo que siento cada vez que el corazón me lo grita. Estar vivo es un regalo que valoro infinitamente porque puedo darle amor a mis hijos, consejos que, en el futuro, habrán de ayudarles a alcanzar sus metas y a ser mejores personas, hombres de provecho, pilares de sus familias y excelentes padres para mis nietos. Vivo para cultivar amistades, adquirir conocimientos, compartir con los demás lo que he aprendido a través de los años, así como también voy buscando siempre seguir el camino que me lleve a ser yo mismo en todo momento de la vida. A veces, cuando los problemas parecen ser interminables, siento el deseo de huir, de cerrar las puertas, olvidarlo todo, pero, justo cuando pienso que mi mundo ha caído presa de la derrota, algo dentro de mí se niega a rendirse y me incita a levantarme con fuerza renovada y luchar hasta vencer. Con toda certeza, el recuerdo de mi abuelo me hace ver que las cosas no están perdidas como creí y que, como él decía, todo tiene solución y, si no la hay, no sirve de nada abatirme pues todo seguirá igual. Vivo para sonreírle a la vida y agradecer al Creador, un día más, una oportunidad más de ser todo lo que puedo y deseo llegar a ser. Estar vivo es caminar de la mano con el viento, sentir el beso de la mar, la caricia del verano, el abrigo del sol, escuchar el llamado del futuro y disponerse a salir en su búsqueda y, paso a paso, disfrutar del paisaje que se extiende en el camino, para nunca olvidar cómo se llegó hasta el horizonte. Después de todo, a pesar de que se dice que hay que saber llegar, creo yo, lo más importante es saber quedarse y, de ser posible, ir aún más allá, sin olvidar cada paso que se dio. La vida es una compleja amalgama de sabores, olores, colores y emociones y cada uno de estos elementos tiene su espacio y su tiempo.
Raúl Valdez
02/27/2014
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