Lágrima primigenia

[albadiosa]

Lágrima primigenia


Te besé y una lágrima
con oscuros designios
entre tus comisuras
desató el remolino
y las gotas de todo
tu pesar y martirio
cayeron sobre mí,
en mi espíritu tibio.
¡Cuánto encono a tu estirpe
gris de hombre bravío!
Inquina a los tabúes,
los oscuros prejuicios
carceleros del llanto
calmante y estelífero.
Si los machos no lloran,
si son el fuerte signo,
¡qué podrá consolarte!
¿Cómo vives tu idilio
con la carga de ser
efigie del mutismo?
Un festejo en tu cáliz
es orgasmo y peligro,
el agobio del sexo
con coraza y delito,
armazón que carcome
de tu boca el postigo.
Y no soportas más
los lastres de los dichos,
justo desiderátum,
manar con los sentidos.
Ser el ave que, dúctil,
transita con los silfos
sin el brazal abstruso
embalsamado en siglos
de religión, escuela
y mortal predominio.
Desahoga el turgente
calvario de cuchillos.
En mi pecho tu grey
de sinsabores prístinos
firmará con almíbar
el hermético libro,
lacrando con un brindis
su mundo apocalíptico.