EL SILENCIO
El frenesí de una aflicción cautiva
busca el callado Olimpo que redime
el fuego delirante de la liza,
desatando del alma nudos tristes.
Allí, en la complacencia del silencio,
de fulgor se corona la armonía,
y engarzándose dúctilmente al viento
pulula en la fragancia de las lilas.
Constriñe contumaz el escenario,
embeleco de amor, también de sangre.
Aprehende su embrujo regresando
al maná vigoroso y dominante.
¡Quimeras; sombra de luna en las albas!
Encubre los retazos de deseos.
Retorno a tus regiones silenciadas
a solazar sometidos anhelos.
Carende
29-09/10