María Teresa Inés Aláez García
|
|
« : Octubre 03, 2010, 01:48:29 » |
|
http://blogmegustaleer.com/2011/10/25/devenires-cosmicos/
http://www.youtube.com/watch?v=0qMU17puYnw
Antes de ayer leía las noticias sobre los devenires del cosmos. Por un lado, la órbita de Júpiter y la terrestre tenían una coincidencia en un punto cercano y podríamos ver al gigante de nuestro sistema planetario acompañando al sol en su despedida. De otro, el haber encontrado en la constelación de Libra, un cuerpo cuyas condiciones eran similares a las de nuestro planeta. Orbita a veinte años luz de nosotros y diseñando a tiempo, suspuestamente, un vehículo para acceder, tendríamos una respuesta a la superpoblación siempre que dicho planeta, a su vez, no tenga habitantes, claro. De un tercero, el problema con un asteroide llamado Apophis al que le gusta pasar cerca de nosotros hasta el día que choque. Dicen que el momento más cercano se producirá en el año 2080 o cerca. Y en la constelación de Acuario se ha encontrado otro sistema solar como el nuestro.
También se hizo pública una noticia aparentemente falsa: la Onu ha nombrado a una física, embajadora ante los alienígenas. Esta doctora en seguida dió la réplica y derribó la noticia pero... quién sabe.
Y al leer sobre el devenir del mundo, me dí cuenta de que la información se va ofreciendo, cada vez más, en un futuro que se nos antoja próximo. Aún así me puse a contar: en el año 2080 tendré cerca de ciento treinta años. Vamos, un imposible. Parece que la noticia está ahí, tan cercana. Los científicos que quizás sean más mayores que yo - algunos - discuten y tratan sobre ella como si el asteroide ya estuviera a punto de chocar con la tierra. Y el hecho es que la mayoría de la gente la abandonaremos en este mismo siglo.
Fue vertiginoso en el cerebro el hecho de pensar que mi final puede estar tan cercano. Quizás en 20 o en 30 años y no son demasiados. Pasan muy rápido. Entonces tuve dos opciones: dejar de pensar en ello y dedicarme a otra cosa, ignorando la circunstancia como si yo no tuviera ninguna implicación o pensarlo y afrontar una posible depresión de cara a un hecho que es tan natural como mi propia vida.
Teniendo otros dos puntos de selección, el de lamentarme pensándolo y el de aprovechar esos últimos años, me decidí por el segundo. Creo que tengo que llenar ese tiempo de mucha positividad y ahora sí, dar todo lo que pueda para que los que queden detrás de mi logren avanzar y crecer. Quizás esté en mi mano facilitar ese camino o quizás no, pero tengo claro que eliminaré obstáculos e intentaré propiciar la siembra de buenas semillas y la cosecha de estupendos frutos.
De todos modos, en cualquier momento ocurrirá lo inevitable. De corazón, quiero esperar que me encuentre preparada y satisfecha, con un hatillo vacío de elementos físicos que no disfrutaré nunca pero sí de elementos espirituales que espero que sean útiles para todos.
Qué rápido pasa el tiempo y qué mal lo aprovechamos. Y nosotros, como inanes, dando valor al dinero...
|