Dage
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« : Octubre 02, 2010, 09:06:34 » |
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RODAR
Dime ahora, dios sin nombre, qué azarosa cumbre espera mi cansancio y mi aliento. Dime si he de morir, ¿cuántas veces?, en desidias y en vacíos. Nada quiero y no me importa; sigo siendo roja piedra del camino, fatigadas sus aristas al rodar sin mesura cuesta abajo. Pasan rápidos los bosques, las aldeas, siempre envueltos en la prisa, pues es propia del camino. En mi amarga rapidez me retraigo y nunca acierto a mirar cumbres aún más distantes y elevadas. Ni las veo ni me importan; sólo soy un mal pedrusco arrastrado por pendientes abismales. Mis innúmeras facetas se esculpen y se achaflanan, pues pretenden pulirse en geometrías similares a la esfera.
Y eternamente rodar por las cuestas, por los cauces de los ríos que en mi vida -los milenios no me importan- he logrado cuanto menos vislumbrar.
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