carende
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« : Agosto 31, 2010, 03:25:21 » |
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Escrito para Adrián. Un niño de un añito. ¡BUENOS DÍAS, SEÑOR SOL! Todas las mañanas, desde que nació Adrián, el señor Sol venía a saludarlo cantando una bonita canción mientras bailaba entre las nubes: -¡Buenos días, Adry, corazóooooooon! Y siempre, la yaya respondía al Señor Sol porque el bebe aún no sabía hablar: - Bien, ¿y tú?, ¿cómo estás,señor Sol? Y así el sol y la yaya hacían llegar a los oiditos de Adrián la misma melodía: -¡Buenos días, señor Sol, ¿cómo está mi corazón?, uuuuuuum, uuuummmmm.
Un día, la yaya y Adrián vieron que la mañana no se hacía de color blanco y que el señor Sol no venía a saludar. Entonces, la yaya se asomó a la ventana y vio que una Nube muy espesa, casi como un chocolate, se había puesto delante del señor Sol, y por eso el señor Sol estaba triste y lloraba. La yaya no quería ver triste al señor Sol y corrió a decirle a la Nube que se fuese un poquito para otro lado, pues el señor Sol no podía salir; pero, … A la Nube no le apetecía porque ese día estaba un poquito traviesa. La yaya no se quería enfadar y darle con un palo a la Nube pues las nubes son siempre buenas y debíamos convencerla. No había manera, la Nube estaba demasiado oscura y cuando el señor Sol intentaba moverse, ella rápidamente se ponía delante. Así que a la yaya no le quedó más remedio que ir a charlar con el señor Viento. Cuando el Viento escuchó que el señor Sol lloraba porque la Nube no lo dejaba salir, fue cerca de la Nube, y dió un soplo gigante y la Nube negra se fue. Entonces Adrián y la yaya vieron como el señor Sol sonreía e iba desplegando sus rayitos y haciendo blanca la mañana. Al poco rato fue a dar los buenos días a su amiguito Adrián cantando, como siempre: - ¡Buenos días!, corazón. - Buenos días,señor Sol.
Ahora, los tres estaban muy felices. Y, colorín colorado este cuento se ha acabado.
Carende Su yaya Mamen
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