VUELVE EN TI
Marchaste, dolorosa, entre riscos nevados,
con la roída luz, la penumbra en tu alma,
y sucumben los sépalos, prendidos en las manos.
con jirones de piel, costal de lo que amabas.
Admiras tu diamante, trenzado con cariño,
sus luces desgastadas, cubiertas de tintura;
lo evocas con sollozos añorando su brillo.
Se deshace en tu pecho; joyel sin hermosura.
Duerme bajo la pérgola trabada de jazmines;
escurren en las noches rocíos de armonía
y calan el denuedo con canela y jengibre,
librando el corazón de nieve y pesadillas.
Adorna de amarilis nichos de fe y empeños;
combate con tu canto y poemas sin alas
las cenizas y surcos de las quejumbres llenos,
volviendo tú, paloma, a rondar las mañanas.
17/12/09
Carende