VELO DE TU MIRADA
Esa niña acrisola mi gris mirada,
te sumerge en sus juegos cuando te abates,
al oído susurra firmes audacias;
colora la verdad inexorable
de la vida inclemente y su mordaza;
coexiste muy dentro, repudia males,
cose plumas de seda en las palabras;
es castillo esponjoso de los pesares,
la binza protectora, cofre del alma;
ella es quien anula mis ansiedades.
Pactemos, dócil niña, la eterna alianza,
¿por qué sus agresiones crujen y duelen?
pon tópicos de espuma, estoy exhausta.
¡Ay, tantos sufrimientos rudos de gentes!,
embisten mis quimeras, roban mi ánima.
¡Ay, un mundo de horrores, en vida mueren!
Tú, mezquita y reducto, nunca te vayas,
yo, el fragmento fláccido, débil crisálida;
juntas forjan un todo, rigen mi mente.
Carende
01/09/09