Es la mente universo del delirio
por una controversia de portada,
la piel exige un bálsamo al martirio
y elude la caricia en su mirada.
Se anuncia la razón en desacuerdo
alegando un peligro ambivalente:
la mezcla desigual del buen recuerdo
y la nostalgia, atril de mi presente.
El éxtasis reside en ese abstracto
universo febril de un hombre loco,
por ética, rehúyo su contacto,
el ansia se marchita y me sofoco.
En el linde crucial de mis neuronas,
me sacudo del cuerpo el espejismo,
le grabo a mi blindaje las coronas
cinceladas al borde del abismo.