Migajas de cordura
Te escondes como pícaro ladrón
sin dar la cara, surge la sospecha:
vencerme fue el proyecto, la misión
yace inconclusa, vive insatisfecha.
Los verdugos escogen su camino
se obligan a ocultar su rostro abyecto.
Con la fe aventurera del comino,
el embuste deshonra su trayecto.
Permíteme explicarte tu fracaso:
quizá queden migajas de cordura,
los versos de un poema en el Parnaso
con vestigios de amor y desventura.
De forma contundente erijo un muro
gigantesco, total, indestructible.
No expira la ilusión sino el perjuro
detrás de una trinchera inaccesible.