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METÁFORAS => BLOG del FORO METÁFORAS => Mensaje iniciado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 01, 2018, 09:35:35



Título: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 01, 2018, 09:35:35
¡FELIZ AÑO NUEVO!

La rosa y la nieve
 
Sin conocer porqué,
quizás viniese el viento
jugando por los campos de Castilla
y trajo en su raíz  de rosaleda,         
hasta la misma sierra, tu semilla. 
 
Fuera de turno y hora
de insólito brotar, fría otoñada
casi rozando el hielo,
surgiste firme entre mi sierra amada.
 
Oscurecer de cielo,
como fino algodón, copos de nieve
cubriendo en albo el suelo.
Y tú, rosa, repleta de apostura
tiritas con el frío.
 
Tus pétalos el aire
acariciaba tierno,
las ramas de los chopos y pinares
tratan de guarecerte del invierno.
 
Amanece de inmaculado manto,
paisaje de monótona mirada
en blanco sobre blanco persistente,
la nieve como manta despiadada 
mostrando brinda tu corola roja.
 
Trastocaste la época
de tu emerger, tardía,
pero cual dulce flor de altanería
enamoraste al aura.
 
                                   Nardy
29-01-05


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 01, 2018, 09:36:48
POR TAN DULCE AMOR SUSPIRO.
 
Por tan dulce amor suspiro,
en tu celo me consumo,
mi fragancia va en el humo,
gema, rayo en su zafiro.
 
En el latir de las albas
explosionan tus colores,
la linda faz de las flores
bendice los rezos malvas.
 
Y yo acudo a tu presencia
a empaparme de tu aliento,
aturdida te presiento
en el mar de mi conciencia.
 
A tu luz nacen mis versos,
de tus plantas olorosas
surgen virginales rosas
hacia ti sus tallos tersos.
 
Se murió la sombra fría
por el cerro y con presteza,
me libro de su fiereza
y vuelve al fin mi alegría.
 
Las sutiles golondrinas,
sus alas, rico tesoro,
peinan al sol con decoro
entre nubes diamantinas.

MªAntonia



Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 13, 2018, 10:13:22
MUSICAL AMANECER
 
 
Límpidos arpegios, sensual guitarra,
sublimes bemoles, notas de amor
a orillas del ponto, dulce clamor
disfruto extasiado, fiebre bizarra.
 
Frágiles suspiros de Luna y Mar
fúndense a las olas, sueños, estrellas,
dosis de caricias imprimen huellas
en dos corazones y su vibrar.
 
Mágico tripudio de estuosos seres
unidos en basium y en epigrama;
música eviterna, ígnea flama;
¡génesis de nuevos amaneceres!
 
 
©®By Raúl Valdez
 
09/28/2007


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 14, 2018, 01:49:00
Alpha_Centaury

   
Napoleón

Aquel temprano día de octubre, mi ánimo emulaba las oscilaciones del  tiempo. Nada me provocaba una sonrisa. Nada despertaba mi llanto. Nada era capaz de arrancarme a escribir y yo, sin mi arte, no soy yo. Decidí llamar a un amigo con quien comparto esta extraña afición; era el único en mi entorno que podría comprenderla. Su veredicto fue implacable: “Enamórate. Ya. De quien sea”. Hallé sentido a su consejo, aunque jamás me había propuesto enamorarme a voluntad para dar fuego a mis letras. Siempre ha de haber una primera vez para todo, dicen.

Me acicalé, tal y como lo haría si me aguardara una cita importante con la vida. Dediqué horas de esfuerzo a estar perfecta; tenacidad indicativa de mi desesperación.

Cuando el espejo me concedió su bendición, salí a la calle… sin rumbo.

Las calles aquel día parecían estar en especial habitadas por hombres. Hombres que trabajan, corren en chándal – como si huyeran de su sombra-, sacan el perro a pasear, compran… e insultan, resguardados en la intimidad del habitáculo de sus vehículos. Pero ¿quién nació para ser el muso de mis poemas? Todos se me antojaban tan cotidianos, tan vulgares, tan… en fin, tan poco inspiradores, que no merecían mi atención.

La situación dio un giro de 180º cuando le vi. Era un chico de aspecto quijotesco, joven, algo más alto de lo deseable, flaco, de ojeras profundas y aspecto descuidado. Su mirada indicaba que su alma escondía un tesoro de rebeldía; sus manos hablaban de conspiraciones y sus cejas de terribles tormentas. Estaba en el parque, haciendo aspavientos, rodeado por niños que le contemplaban embobados.

Era un cuenta- cuentos contratado por el Ayuntamiento en pleno intento oficial de fomentar la imaginación y el arte en las nuevas generaciones.

Cuando acabó de contar la historia a los chiquillos, me permití acercarme a él para felicitarle por su expresividad, buen hacer y por la valentía que DEMOSTRABA al intentar subsistir con un trabajo así…

- El secreto es muy sencillo- confesó- se trata de convencerte de la existencia de algo maravilloso en ti. Yo, por ejemplo (y no te rías, por favor) he decidido convencerme de que soy Napoleón-.

Y, al pronunciar el nombre de Napoleón, quiso sorprenderme con el típico gesto napoleónico de ocultación de mancha en la chaqueta, acompasándolo con un rictus tenso en el rostro y un envaramiento generalizado de su espalda.

No pude evitar reírme. Él sonrió.

- Te falla la ornamentación – le chinché. También HABRÍA podido decirle que le faltaba ser gordito, bajo y cabezón, pero sentí piedad hacia su desgraciado ídolo.

- No me has entendido. Yo no he dicho que quiera parecerme a Napoleón. He dicho que voy a ser Napoleón, que ya lo era, que lo soy.

No quise profundizar más en el asunto, señal clara de que había logrado mi objetivo: enamorarme. Ya se sabe que el amor es ciego. Deliberadamente se niega a detener su atención en cualquier aspecto de la realidad que entre en discusión con sus deseos.

El noviazgo no se hizo esperar demasiado. Quitando esa pequeña excentricidad, era un muchacho normal, aficionado al cine español, al rock y a salir de farra con los amigos. No caía en hábitos excesivamente insanos, cumplía con responsabilidad las exigencias de su oficio y toleraba con paciencia las malas rachas económicas.

No era una excentricidad que se notara demasiado. Sólo se revelaba en cosas puntuales. Lucía en su dormitorio un póster de la isla de Córcega; tenía instalados en su ordenador varios juegos referentes a estrategia militar; en sus salidas ineludiblemente degustaba brandy Napoleón; se burlaba de su hermano, más aficionado al alcohol que él, apodándole “Pepe Botella”; y, cuando se le cruzaban más los cables, me escribía alguna carta de amor llamándome “Josefina”.

Yo me decía que hay un sinfín de cosas peores que hubiera podido ser y no era: político, ex presidiario, drogadicto, sádico, legionario, aficionado a las revistas pornográficas, opusdeísta, policía, enfermo, hijo único, pendón… y que el afán por manifestar una identidad que no era la suya también se da en esas ingentes cantidades de personas que usan día a día Internet para comunicarse entre ellos. Parecía, más que un mal personal, una enfermedad social. Al fin y al cabo, él no usaba su identidad “napoleónica” para engañar a nadie o para seducir, sino para infundirse fuerzas e inspirarse, para superar con valentía las dificultades. Claro, llegada a este punto, acababa aplaudiéndole y enamorándome más de él todavía por sus defectos. Típico en hembras.

Normal que acabáramos casados dos años después, el 9 de marzo del 2008. La luna de miel fue, como suponéis, en París.

Ese mismo año se matriculó en la Escuela de Idiomas para aprender francés. Mostró tal interés que en año y medio podía desenvolverse en Francia sin grandes problemas. Los viajes a Francia se multiplicaron.

Yo no me quejaba, ya que el país de la Torre Eiffel y el Sena es muy digno de recibir visitas, pero comenzaba a fastidiarme su obsesión. Una tenía ganas de conocer otros lugares y, francamente, si tanto viajábamos era porque yo aportaba mi sueldo y nos apretábamos durante meses el cinturón con idea de ahorrar… pero cedía porque ¿es ese motivo de iniciar una pelea? En lo demás me tenía contenta, muy contenta… y en todos los manuales de autoayuda sentimental, los expertos afirman que no se puede pedir a la pareja que cambie; si no se la acepta como es, es preferible cambiar de pareja, lo que quedaba a años luz de mis planes de futuro.

Hubo una ocasión en la que, algo hastiada, comenté: “Cariño, deja ya a Napoleón, él en el fondo sólo deseaba ser Julio César y éste sólo quería ser Alejandro Magno, que, a su vez, sólo quería haber figurado en La Ilíada. Dedícate a ser tú mismo”.

Él me dirigió una mirada glacial. Yo temblé. Desde aquel momento algo quedó dañado entre nosotros.

Un día llegó a casa con una sorpresa. Traía dos documentos nacionales de identidad, uno con su foto y otro con la mía. En el suyo se leía “Napoleón Bonaparte” y en el mío “Josefina Bonaparte”. Al principio creí que sería algún artículo de broma que habría encargado por ahí, mas no tardé en averiguar que había acudido primero al Registro y luego a Comisaría para “actualizar” de esa forma nuestros datos.

Como no soy tonta (o eso creo) y a duras penas asimilaba lo que estaba viendo, me presenté en ambas entidades a pedir explicaciones. En el Registro supe que nuestros apellidos seguían siendo los mismos de siempre, sólo habían cambiado nuestros nombres. Me dijeron que dudaron seriamente de la salud mental de mi marido pero, armado con su propia libertad legal y un poder notarial que le firmé, obedecieron a su insólita petición. “Hay gente para todo, ya lo sabe”- se excusaron- “acuérdese de que la religión jedi consta como religión desde el momento en que estadísticamente tiene adeptos, y los tiene. Con tanto "excéntrico" que hay suelto no mosquea que alguien quiera ser Napoleón y llamar a su señora Josefina”. Refrené las ganas de propinarle una colleja, pero fui incapaz de reprimirlas en Comisaría cuando supe que los policías, divertidísimos, llegaron a entregarle dos DNI de “mentirijilla” para que “Napoleón” fuera haciendo gala de ellos por toda España y el extranjero. Abofeteé al que me lo dijo y cabe señalar que el muy estúpido no se atrevió a quejarse.

Cuando llegué a casa, lloré, desesperada. Mi pobre y adorado marido necesitaba urgentemente tratamiento psiquiátrico. ¿Cómo iba a convencerle? Y si la cosa seguía igual o empeoraba ¿Cómo dejarle? ¿Con qué conciencia se abandona a la persona que quieres si ésta es azotada por el cruel látigo de la enfermedad mental?

Mi mente, incapaz de solucionar el dilema, hizo “crack”. Decidí ayudarle a dejar el mundo tal y como él, en el fondo, deseaba. Cuando, cansado, se tumbó en la cama y me pidió un vaso de agua, se lo llevé y me encerré con él, diciéndole “Bebe, Napoleón, ya estás en Santa Elena”. Él me miró sonriendo y bebió, convencido, como yo esperaba, de que venía a vengarme de parte de la coalición antimonárquica y que aquel vaso contenía arsénico. Falleció en el acto.

Lo siguiente que recuerdo son las blancas paredes de la clínica y los fragmentos de la noticia de la hoja de periódico que encontré, casualmente, en el suelo… “la asesina, J.B.H, considerada por sus vecinos como una mujer sensata y aficionada desde su juventud a la escritura, envenenó a su marido N.B.G, conocido cuenta- cuentos de nuestra localidad, a raíz de que una broma de su marido despertara un duro trastorno de la personalidad que ella, sin saberlo, sufría desde su nacimiento”.

Espero que escribir mi versión de los hechos me sirva de terapia.


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 14, 2018, 02:47:38
Erial
   
Sensaciones

Te busco, no  puedes hablar.
Entiendo tu alegato indeformable,         
las horas  se escapan de tus manos;         
las mías difunden tu silueta         
-la que asciende por ciudades y arroyos-       
y desconocen de ti lo inédito,         
la curva  de tu ceja cuando te ofreces     
por completo y confías tu forma
a otro desconocido.


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 14, 2018, 07:43:03

LILIANA VALIDO

   
Estoy, siempre

Escucho el fuego
de su mirada
distante. Duele.
El desconsuelo
suelta sus alas.
Asoma el puente,

es espejismo.
Nuestras raíces
en el abismo,

solo silencio;
roba mis lágrimas
de madre. Emergen
huellas, recuerdos;
sangre del alma.
Contigo siempre.


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 14, 2018, 07:43:53

Dage

RODAR


Dime ahora, dios sin nombre,                                     
qué azarosa cumbre espera mi cansancio                     
y mi aliento.                                                               
Dime si he de morir, ¿cuántas veces?,                           
en desidias y en vacíos.                                               
Nada quiero y no me importa;                                     
sigo siendo roja piedra del camino,                               
fatigadas sus aristas                                                   
al rodar                                                                     
sin mesura cuesta abajo.                                             
Pasan rápidos los bosques, las aldeas,                         
siempre envueltos en la prisa,                                     
pues es propia del camino.                                           
En mi amarga rapidez                                                 
me retraigo y nunca acierto                                   
a mirar                                                                     
cumbres aún más distantes y elevadas.                     
Ni las veo ni me importan;                                           
sólo soy un mal pedrusco arrastrado                           
por pendientes abismales.                                           
Mis innúmeras facetas                                                 
se esculpen y se achaflanan, pues pretenden               
pulirse en geometrías similares                                     
a la esfera.                                                               


Y eternamente rodar                                                   
por las cuestas, por los cauces                                   
de los ríos que en mi vida                                           
-los milenios no me importan-                                             
he logrado cuanto menos vislumbrar.


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 14, 2018, 07:44:48

Mac de la Torre

El no Poeta

Pertinaz e infame hado
yo resisto tu señuelo,
¡arruina ya  mi desvelo!
Ojos en surco tostado.

Sintiéndome ruin bagazo
confina mi juicio al diestro,
si no conozco maestro,
de sabias letras ni trazo.

Como navío varado
soles conté con recelo,
cogí la pluma del suelo
en tregua con el tarado.

Arrogante, afloja el mazo,
raspa mi rostro siniestro,
tan rico convite vuestro
naciente de un novel lazo.

El guardián sutil y osado
me mostró radiante al cielo,
mira al frente con anhelo,
concluirás  roto y cansado.

Frunció la tinta un abrazo
esclava de lo que muestro,
terminé con mi secuestro;
oda libre en mi regazo.


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 14, 2018, 07:46:01
altabix

Pude, pero no

Yo pude haberte amado; pero mis pasos me llevaban hacia otro lugar.
Pude haberte amado y te amé mientras  te observaba con nostalgia a medida que me alejaba.
Pude haber sido tu caricia,  los ojos que te miraran expectantes,  los labios que humedecieran tu boca.
 Tu frustración no fue peor que mi castigo,  constantemente recordando las nubes blancas bajo el cielo azul, de aquel día en que me alejé sin mirar al suelo, para que las calles que conocí contigo,  no retuvieran mis pasos.
Pude haberte amado;  pero caminaba hacia otro lugar.
El tiempo; caprichoso y perverso,  ha querido  cruzarte en mi camino.
Como dos barcos en alta mar.
Pude haberte amado, pero guardé silencio a tu paso.
No me reconociste; o sí, pero decidimos no vernos  y nos alejarnos de nuevo, como barcos que se cruzan en alta mar, que de súbito se vienen encima y de pronto de nuevo  lejos; muy lejos.
Yo pude haberte amado  como la sal está presente en la mar.
Pero ante el impulso de mi voz,  prevaleció el ahogo del deseo,  mas fui feliz.


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 14, 2018, 07:47:10

   
Maite

Corregido en el foro Metáforas de Diana Gioia.
(c) María Teresa Aláez García. Mayte Aláez. Mtiag.Pernelle.


Comentario a una foto de (c) Juan Carlos González.

1
 Equilibrio descompensado.

La locura del cuerdo,

sensatez del inane.

Se pierden las veredas.


I

Quizás se reconstruye.

Camino a Maite.

Luna interior. Selene lógico.

Barca sin remos,

se deja fluir.


II

Crítica en el remonte

fácil de olas diarias.


Sudor marino.

Opulencia central

derrota al desahogo

del vaivén falso.


Vestir de césped.

Vuelo en cisne sin rumbo

Desbarajuste.



Mis sendas. Débil ruta.


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 14, 2018, 07:48:04

Candela Martí

SU PRESENCIA

Olvido que me niegas, insolente,
y me postras, sin pausa, en la tortura
del constante recuerdo. Cruel hondura
en el alma, afligida y penitente.

No hay razón que acalle la agonía,
pues mil voces de besos invocados
azuzan la memoria. Demasiados
susurros me conmueven, día a día.

Cuando arribe, implacable, la inconsciencia,
en el oscuro pozo de la nada
se perderán, exhaustos, los momentos.

Mas, sentiré en mi linfa su presencia,
señora de mi albur y sentimientos,
hallándome la muerte en su ensenada.




Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 14, 2018, 07:48:49

   
AUN CUANDO

En argollas inciertas surca el humo
de un cigarrillo atado entre mis dedos.
Reflexiones prensadas de intuición
apedrean mi juicio  al detenerse,
cincelando en mi ser un rompeolas.

Circundo mi esperanza para amarte, apacible,
sensitiva, diseño tu perfil,
lo precario aparece como un mar,
magulla con su orilla pedregosa
la sensatez cargada de mi fuerza.

Sigo sola quizás si no te encuentro,
aun cuando yo te tenga frente a mí.

(Freya)
25 Abril, 2012


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 14, 2018, 07:49:44

Orlando
   
A Elizabeth Benítez

       No sé qué tienen las flores,  llorona,
                           las flores del camposanto…
                           Son Istmeño

Mi señora, ¿quién te consuela?
Tus brazos se conservan huecos,
los suyos, de rígido yeso,
buscan abrazar a la tierra.

No beses el vidrio, señora,
mantén su recuerdo templado,
sin la frialdad de este cuarto,
ni la blancura de sus ropas.

Ya no le exijas ni cuestiones,
son sus labios lúgubre cirio,
impasibles, gélidos, fijos;
a tus sollozos no responden.

No me preguntes el porqué,
mi señora, lo desconozco.
La solución de tus acosos
solamente la sabe él.

Ansía mitigar tus llagas,
pero su boca permanece
sujeta a los firmes grilletes
de la Parca.

Orlando


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 14, 2018, 07:50:40

Lady Ágata
   
Rendez-vous en la distancia

Noche serena. Claro de luna. Estoy sentada en mi cama frente a la pantalla del ordenador. He puesto una de las películas que me has enviado. Una historia más, nada especial. Hablan en castellano y me dejo arrullar por el sonido del idioma que me trae nostalgia de ti. La luz de las velas que hay en la mesilla comienza a danzar lanzando destellos voluptuosos que me hechizan, me magnetizan. La magia del fuego transforma realidad en ensueño. Te siento cerca, como si estuvieses detrás de mí, envolviéndome en tus brazos. Muevo la espalda felinamente y noto el calor de tu pecho, tu aliento dulce rozándome el cuello, sensual, pausadamente, leve aleteo de mariposa. Con frivolidad mordisqueas el lóbulo de la oreja. Emito un lánguido gemido.
Me tocas los labios, humedeces tus dedos con el jugo de mi boca introduciéndolos uno a uno; los chupo con deleite.
Desciendes la mano siguiendo contornos y curvas; con un gesto impúdico sacas mis pechos fuera del camisón de seda y los acaricias lascivamente mientras me refriegas los pezones con insistencia.
Comienzo a jadear. La respiración entrecortada se mezcla con el sonido de la película cuyos protagonistas somos ahora tú y yo.
Me convierto en espectadora de uno de nuestros encuentros: un rendez-vous en medio de la nada, una quimera en la que las escenas se suceden vertiginosamente.
Nuestros cuerpos entrelazados, fundidos en uno solo. Me penetras con vehemencia, desaforadamente, sin pausa.
La contemplación voyeurística me excita y un impulso instintivo hace que tome la mano soñada que acaricia mis senos y la desplace hacia los recovecos más recónditos que oculta el triángulo de Venus.
Abro las piernas por completo y me abandono al goce, al deleite de ser hembra… contigo.



Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 14, 2018, 07:51:30
Rosa



El Valor de la Palabra

Del arpegio de una palabra         
surge la luz en las tinieblas;       
la armonía rasgó las sombras,     
brunos tules de la quimera. 
Es elixir del pensamiento,             
concibe y conforma la idea;         
es, la erudición, su baluarte,                   
nívea pulcritud, su médula.       
Hemos de extremar el cuidado     
a la hora de uncir la lengua;   
donde con ominosa voz,       
alza su vacuidad siniestra,           
llegando a resentir la vida           
del que “sin ton ni son” la suelta. 
El Verbo dimana del Éter 
fiel lacayo de la belleza;   
no indómita cacofonía,
ring de insustanciales simplezas.
Narrada, melódico himno; 
ubérrimo bemol, impresa;
nunca el insufrible quebranto 
de intrascendente verborrea.   
Urdidos gracejo y donaire,   
empavesados de cautela,               
logran destilar con su hechizo     
miel de simpatías ajenas.             
La cultura nos enriquece   
con variado caudal de ideas,   
rindiendo ocasión de aducirlas 
al blandir palabras certeras . 
Las tertulias devienen trovas,     
fruto de eurítmica epopeya,             
haciendo florecer el garbo,             
ungidos orador y audiencia.         


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 14, 2018, 07:54:04
https://www.metaforas.com.es/diana-gioia/en-minusculas/viajes/ (https://www.metaforas.com.es/diana-gioia/en-minusculas/viajes/)


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Viajar
Hay quien tiene la maleta abierta y va llenándola poco a poco, yo, como soy de letras, me la hago por escrito días antes de salir de viaje.
Es genial viajar. Me lo enseñó mi madre cuando era muy pequeña, con ella viajaba por Europa, lo de los otros continentes vino después. Sí, he viajado muchísimo y ahora, si no fuera por salir con mi hijo, no se me ocurriría meterme en estos berenjenales. Es que viajar se ha vuelto difícil y mucho más cansado que antes. Sobre todo si no se vive en una ciudad con aeropuerto muy internacional porque previamente hay que coger otro avión o un tren. Cuando te subes al avión de tu destino llevas al coleto un buen montón de horas. El primer taxi, el tren (con su primera cola), el segundo taxi y la segunda cola para las maletas – que puede ser la tercera si tienes que pasar a recoger visado por la oficina del mayorista en el aeropuerto -. Llega la siguiente cola, colísima, para entrar en la zona de embarque, todos rebuscando a ver qué cuerpo del delito se ha quedado olvidado en el fondo del equipaje de mano para echarlo en el depósito dispuesto a tal efecto. Y últimamente un segundo chequeo aleatorio si viajas a Estados Unidos: si tienes la suerte de que te cante la tarjeta de embarque, viene a por ti un policía y se te lleva con tu equipaje de mano para abrirlo todo y registrarte toda todita. Y a esperar hasta la otra cola para subir al avión, donde intentaremos acoplarnos para pasar las ocho o diez horas de vuelo. Ahorro al lector dichas horas, repletas de dolor de piernas, de comida con sabor a plástico y de tedio. Y llegamos. Otra cola para salir del avión, otra para pasar el control y dirigirnos a recoger las maletas, si llegan. Todos mirando el agujero por donde se supone que tienen que salir, ansiosos, preocupados, caray, cuánto tardan. A algunos suertudos les llegan en seguida. Otros esperamos. Y empiezan las cavilaciones, lo que anima es que todavía hay gente esperando: todas no las pueden haber perdido. Pero cuando vamos quedando menos, es cuando llega el miedo, a veces, misterio, quedan solamente varias personas cuyas maletas no llenarían una de las camionetas de reparto. Cuando finalmente se asoman por el agujero, la sensación de placer es indescriptible, qué suerte, no se han perdido. Se cargan en el carrito y se sale al país de vacaciones. Ahora solamente falta encontrar a la persona que lleva el cartel del mayorista, esperar a más turistas del mismo autobús, hacer la cola para subir y mirar por la ventanilla hasta que se llega al hotel de destino. Una vez allí, se hace la última cola del día para registrarse y coger la llave de la habitación, esperar a que suban las maletas e intentar aclararse con los trastos, ya que quienes tienen una larga experiencia de pérdida de maletas, se reparten las cosas con la persona con quien viajan para tener algo que ponerse si se pierde una de las dos. Al final, renuncias a ponerte la crema de las arrugas – a pesar de que tienes una pinta horrible – pasas de lavarte los dientes y, como no encuentras el pijama, y tienes que prepararte la ropa del día siguiente, te dejas caer en la cama después de la ducha como Dios te trajo al mundo. Tienes que dormir, ¿dónde he puesto el diazepan?, porque al día siguiente empiezan las vacaciones.



Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 20, 2018, 05:37:09
   
LA PUNZADA (A María Valente)

Un recelo senil en mis agujas
me resuelve la treta del tormento.
Las pinchas del amor, a sotavento.
Los labios aguamiel, en las burbujas.

Sin admitir consejos de las brujas
ni sensuales caricias en el viento,
¡a muerte!, sin piedad al virulento
dominio gazapón de las adujas.   

Así dejo frustradas las tachuelas
pillastres de mi soma posesivo,
morfina destructora del colapso.

Sólo busco restar a las espuelas
su mordiente rejón desaprensivo.
Sin aceros, sin alma, sin relapso.


augustus


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 20, 2018, 05:38:15
Tablero bicolor


El hambre de caricias
desenfunda el hastío,
consume las albricias
de un sentir sin sustento ni albedrío.

Se abarrota de excusas
el sargal del deseo,
negligente y perdido en las confusas
muecas de la quietud, sin aleteo.

¿Podrías rescatar el frenesí?
Intentas convencerme con razones
de no ser de cordura baladí
ni jugarme las fichas en pasiones.

Inercia de un tablero bicolor.
¿Prefieres la mesura a la embriaguez?
¡Tablas en el amor!
¿No existe el jaque-mate en tu ajedrez?

 Albadiosa


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 20, 2018, 05:39:04
EL LIEGO FLORECIÓ

He de pintar la luz de la mañana,
los besos que germinan en la tarde
y la noche que en mil delirios arde
envuelta en mi nirvana.
Oiré la voz liviana,
la mística del verso, sin alarde,
el grito en mansedumbre del cobarde
y un tañer de campana.

El júbilo vital de la utopía,
su dulce melodía
me llegó,
con palabras exentas de oratoria,
al filo inagotable de la historia.
Y el liego floreció.

María Bote
marzo de 2014


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 20, 2018, 05:39:58
Extraña Tutoría

Nací sacerdotisa, lo aseguro,
ágil fuego en las venas, dúctil piel,
mi brebaje de luna y de laurel,
derribará de un golpe el triste muro.

Con la cólera atada me aventuro,
a ofrecer de mis  labios virgen miel,
con la sangre fundida en el tropel
del deseo tentando a lo más puro.

Nube azul en la cola del cometa
con un manto de polvo universal,
convirtiendo en lirsmo una utopía.

Pintaré de pasión a la veleta,
roca firme en el frágil arenal,
olvidando la vil alegoría.   

Gisela Cueto Lacomba
21 de enero del 2009


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 20, 2018, 05:40:42
Crepúsculo enlutado
 
 
Relato en mis estrofas la promesa
que habita en la antesala del averno;
preludio de un adiós, es fácil presa
insomne en los confines del infierno.
 
¡Que día tan nublado, tan lluvioso!
se duele cual mellizo de la angustia;
la madrugada llora en tempestuoso
diluvio de apariencia gris y mustia.

Se nutre la razón con ilusiones
que pierdo al comprobar la felonía.
La historia, en un coctel de confusiones,
destapa el ataúd de tu ironía.
 
Obtengo al despertar, aquí a mi lado,
un triste amanecer que sabe a muerte,
un brindis al crepúsculo enlutado,
una copa de oporto por mi suerte.
 
Violento con mis lágrimas un río,
tormentas de dolor rompen su cauce.
Grita la soledad cuando de hastío
muere al pie de un augusto y viejo sauce.
´

Blanca Amelia Santos
(Wella)
25/01/2007


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 20, 2018, 05:41:32
ATLÁNTICO SUR
“Las Islas Malvinas son Argentinas”


Ocaso de metales,
soberbio cargamento de rubíes
ruboriza al verdemar.
 
Expone El Supremo
ciclópeo mural fugaz,
del Goya la mano eximia.
 
Avanza posesa la noche
incitando estrellas
a invadir el cenit.
 
Salino sabor
los labios engaña,
enredo de llantos y mar.
 
De corsarios voraces
los grilletes de hielo,
Malvinas, el sol ha de fundir.

mariaValente


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Enero 20, 2018, 05:42:24


Irene

INOCENCIA: FLASH BACK

“ Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla”
Antonio Machado                  





RETORNO

Después de varios lustros inmerso en la marabunta de la vida, regresé. La brisa invernal besaba mi cara al penetrar en la casa. El crujido de mis pasos contrastaba con su silencio. Hueca, tras la muerte de mi madre, aún creía percibir avalanchas de risas y sollozos. Arrugué mi nariz ante el inconfundible olor de aspidistras y aureolas que, todavía, adornaban un pasillo abierto a gélidos dormitorios. Al apoyarme contra las desconchadas paredes, casi me confundí con los olores de la  cocina de otros tiempos. Allí se entremezclaban cuentos, sabores y el chispear  de una hoguera casi dormida. De  golpe, acaricié el mundo del corral, donde violines de antiguas aves amortiguaron mi tristeza. Luego, mi olfato me lanzó hacia lejanas rosas, y en ese momento sentí el corazón de mi infancia perdida .

AÑORANZAS

 No podía concebirlo. Aquello supuso el final de un sueño: el de mi infancia.
  Era muy niña cuando vi cómo el sol de una baranda se deshacía en mi retina, mientras mi boca saboreaba el queso duro del terrazo. Todo era inmenso, hasta la música de los periquitos del patio. Un palacio encantado me acunaba a través de peldaños hacia una estancia sobria. En ella, el crujido de las sillas se mezclaba con el calor del picón junto a unas retahílas de ríos y tablas de multiplicar. Se punteaban letras y números en una sábana negra llamada pizarra. El suplicio comenzaba por la tarde: tela, aguja e hilo enredaban mis dedos. Entonces me acoplaba en la ventana para observar la destartalada casa de enfrente. Allí, fantasmas y monstruos intentaban asaltar el palacio de nuestras ninfas. Un día consiguieron extender su manto putrefacto. El brillo de nuestra mansión fue sustituido por inverosímiles cotilleos que condujeron a nuestras dos hadas a perder la vara mágica de la enseñanza, y a nosotros a embutirnos en el laberinto frío y oscuro de nuestra nueva escuela.


ANGÉLICA

   El acento del arroyo trae murmullos; el de los rostros, el significado de un nombre o su antídoto. Angélica era el único caso donde convivían ambas opciones.
  Sus ojos de amaneceres, unidos a la blancura de su piel y al sol de los rizos de su cabello, la convertían en una visión dulce. Tales atributos se oscurecían al moverse por nuestra isla sin asfalto.
  Era nuestra infancia un soplo de sombras deshilachadas cuando ella, como un regalo del cielo, apareció. Cubrió la tristeza con la magia de los sueños, al paliar los fríos de nuestras vidas.
 Su madre, una viuda aún bonita, perdonaba sus travesuras diciendo: “Vuela, pajarillo, mientras puedas”.
 Al calor de estas palabras deambulábamos sin sobresaltos por nuestro reino. Por la tarde, tras salir del colegio, comenzaba el recorrido. Primero visitábamos el taller de Arácnida, cuya mirada se desvanecía entre nuestras idas y su costura. De allí hurtábamos alfileres y retales para construir un mundo donde poder escucharnos.
    Luego, traspasábamos los gemidos del aire en el refugio del  hada madrina, donde ella nos conseguía con su varita mágica tablas y puntas. Últimamente, sufría un maligno conjuro que la obligaba a zarandearnos con su escoba. El cambio se produjo cuando Angélica grabó en la frente de su nieto una brecha.
   Más tarde nos dirigíamos a la cueva de nuestra esfinge. Allí, a escondidas,  observábamos cómo una hembra dominaba a toda clase de hombres con su libertad.
   El tiempo transcurría entre andanzas y juegos, lejos del triste hábito de las calles.
  Un día, Angélica agudizó sus sentidos hacia la casona, lugar tenebroso y cerrado, razón por la cual siempre pasábamos de largo. Era tarde, una ventana abierta nos ofrecía objetos maravillosos. Angélica, al contemplarlos. murmuró:
   “Las cosas están enojadas, algo malo debe de ocurrir. Los cuentos hablan de princesas cautivas por dragones. Nosotros, valientes soldados, las rescataremos”.
   El sonido de su voz nos descolocó, el olor de aventura nos puso a sus órdenes. Desde entonces, acechábamos cualquier descuido de sus habitantes para introducirnos en el palacete. Un domingo, al dirigirnos a misa, descubrimos una abertura. Olvidamos nuestros deberes y comenzamos a cavilar sobre la forma de penetrar en sus fauces. Angélica cogió a su paje y lo introdujo en un patíbulo de hierros. El cuerpo pasó, la cabeza se quedó enganchada. La niña lloraba, un cancerbero nos lanzó sus gruñidos:
   “Angélica, eres un demonio, de ésta no te libras. Verás cuando se entere tu tío, el capitán falangista. Don José, el cura, lo tiene al tanto de todas tus fechorías. Esta vez te has pasado al ultrajar los aposentos de Doña Ana, santa mujer, cuya morada será el cetro de Dios”.
   Corrimos al escuchar el colérico canto. Al advertir la pérdida de la pequeña Julia, Angélica decidió volver, yo también.
  Al llegar, nos hundimos en el silencio de un portón entreabierto. Entramos, el invierno se introdujo en nuestras entrañas. La madre de Angélica, de rodillas, le lloraba a Doña Ana con una súplica:
 “¡No!, ¡a ella no!, ¡ya me dejasteis sin marido!, ¡no os llevéis también a Angélica!”.
  “Lo sacrificamos por el bien de todos: era rojo. Debes ser valiente como el capitán lo fue al eliminar a su hermano. Angélica lleva sus genes, se perderá, con mi ayuda apagaré las alas de un corazón tan abrasador”.
 Por primera vez vimos el hilo del humo picotear la lluvia.
 Angélica se fue hacia su madre, la levantó con cariño y susurró:
  “Vamos, mamá, ya es hora de volver a casa”.
  Un movimiento de Doña Ana interrumpió la escena. Don José y el capitán aferraron a Angélica y la transportaron al interior. La bruja nos expulsó de la siniestra mansión, y nos dejó a la viuda,  su hija pequeña y a mí aporreando una puerta cerrada. Agotadas, regresamos. Yo seguí con la fuga de nuestro Peter Pan, mas los sustantivos perdían sus arrebatos ante nuevas nubes. Poco a poco dejé de contar estrellas; sin embargo, las praderas reflejaban a nuestra heroína con nuevos vocablos. Éstos se fijaron hasta abrir las brechas de un nuevo futuro.


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Febrero 04, 2018, 08:48:05
Sobre la otra acera caminaba

En órbitas absurdas de estrellas apagadas,
como vuelos tardíos del crepúsculo,
la memoria repite
tus ojos agotados de mirarme.

Ni tu amor ni mi amor
pudieron recobrar su aroma
de humus en el bosque de las sábanas,
y resurgir
sobre las olas del recuerdo.

Soltadas piel a piel,
saltaron las cadenas de la carne.

Hoy he visto tus nubes de ternura
—refugio de mi hastío—
llover desde la otra acera,
como un diluvio ajeno a mi sequía.

Y detuve mi angustia —pájaro
de rotas alas—,
mirándote volar en otro cielo.

 Calendo Griego


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Febrero 04, 2018, 08:49:18

*****

Tolvaneras de notas fantasmales
chocan con las paredes del pasillo
llegan al lado mismo de mi cama
 
Es esa joven; viene por las noches,
se sienta en mi salón sin dar la luz
y se pone a tocar un violonchelo
tatuado justo encima de su pelvis
 
Mis miserias se cambian por pelusas
que de repente vuelan por el aire
 
Yo mientras tanto duermo, iluminado.

*****

Noche vieja en familia

¿Por qué estaba ella allí?
un fantasma
un muerto
—con esa hiel en las venas—
¿para cuándo los huesos?
o mejor…
no ser ni huesos
ni ceniza
ni polvo
¡nada!
—ni venas—
pero no
¡ahora no!
ahora
una
a una
campanada
a campanada
las uvas...de la suerte…
rodeada de risas
de confeti
de miradas de reojo
de…
¡Extraños!
Y el ladrido de sus venas.


Ojaldeb


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Febrero 04, 2018, 08:51:48
EL SILENCIO

El frenesí de una aflicción cautiva
busca el callado  Olimpo que redime   
el fuego delirante de la liza,
desatando del alma nudos tristes.

Allí, en la complacencia del silencio,
de fulgor se corona  la armonía,
y engarzándose dúctilmente al viento
pulula en la fragancia de las lilas.

Constriñe contumaz  el escenario,
embeleco de amor, también de sangre.
Aprehende su  embrujo  regresando
al maná vigoroso y dominante.   

¡Quimeras; sombra de luna en las albas!
Encubre los  retazos de deseos.
Retorno  a tus regiones  silenciadas   
a  solazar sometidos anhelos.

Carende
29-09/10


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Febrero 04, 2018, 08:53:04
La esperanza
 
Catorce versos van buscando puente
como volada alegre de paloma,
dulzura en tu sonrisa que los toma
alegre, como beso complaciente.
 
Soneto que una rosa dulcemente
canción de amor dejando va en su aroma
mientras entre tus labios gozo asoma
en trovar de caricia deferente.
 
Mis labios que su sed calmó tu celo
anidan en el mimo cariñoso,
traslúcido, triunfante del reproche.
 
Un amor seduciéndose en tu cielo
y un corazón amando revoltoso
a los catorce versos ponen broche.
 
                                           Nαrdy
26-06-05


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Febrero 04, 2018, 08:54:21
AL ÁNGELUS.
 
Al ángelus te elevas, madre mía,
al misterio te fundes con ardor,
ya tu copa consagras al amor,
virtud que tu universo conseguía.
 
Majestuoso equilibrio fue tu guía
a regiones solemnes, diosa y flor
engarzada en los iris de esplendor
al Santo Celo viertes tu alegría.
 
Persigo tu perfil, mujer amante,
te anuncia con amor la gloria pura
escanciada con luz y sal triunfante.
 
 El Edén se recobra en tu hermosura
tus entrañas gestaron ese instante,
mi orgullo, de tu vientre ser criatura.

Rosas.


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Febrero 04, 2018, 08:55:32
AMARGA INGRATITUD


Entre pontos de vino
boga mi psique
desplegando sus velas
a lo intangible.
 
Furibundos recuerdos,
dagas pugnantes;
tus hirientes mentiras
forjan mis males.
 
Con lágrimas y crúor
plasmo penurias
en la faz de la noche,
burlona, turbia.
 
Carente de ilusión,
hombre sin fe,
procuro en esta copa
borrar mi ayer.
 
Por mi flébil desgracia
propongo un brindis,
con el báquico numen:
tequila o whisky.
 
Las notas del mariachi
suenan dolientes,
propinando a mi espíritu
duros reveses.
 
Beberé en cada sorbo
tu falsedad,
tu amarga ingratitud,
cáliz fatal.


Raúl Valdez

10/05/2008


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Febrero 04, 2018, 08:57:14
Alpha_Centaury

Fuera de Sitio

Querido diario:

Me llamo Perla. Tengo 10 años. Escribo despacio y con letra bonita por si, de mayor, me apetece releer esto.

Soy rara. Todo el mundo me lo dice. No tengo amigos en el barrio. Salvo para ir al colegio, nunca salgo de casa. No tengo hermanos ni primos, así que me toca jugar sola. Tampoco tengo ordenador ni videoconsolas o televisor. Jamás he ido al cine. Me han contado que mi papá tiene una enfermedad muy fea que se controla bien si no mira las pantallas pero si las mira podría caer al suelo, con convulsiones, echando babas por la boca… ¡y podría atragantarse con su propia lengua, hasta morir asfixiado! Y como a él esas cosas le gustaban y no sabe controlarse cuando algo le gusta mucho, los que saben y cuidan de nosotros decidieron que esos aparatos no debían entrar en casa. Y no entraron.

Otra cosa que me hace rara es que mis abuelos paternos no quieren a mi madre y como no la quieren, no vienen a casa. Sólo me vieron en mi bautizo, en mis cumpleaños y en mi Primera Comunión. La verdad es que los entiendo. Yo quiero a mi madre porque es mi madre, pero sé que a la gente le da un poco de miedo.

Soy rara porque mis padres son raros. Mi madre no habla casi nunca. Cuando habla es para decir pocas palabras, pero tiene el vicio de mirar fijamente a la gente y la pone nerviosa.

Además, es fea. No cocina, no hace las camas, no hace lo que hacen las otras mamás. Los que saben y cuidan de nosotros la vigilan a diario. Mi padre es diferente. Él sí habla, pero de manera torpe. Lo sé porque he visto a la gente del colegio reírse de él.

También se ríen de él porque suda mucho y tiene siempre la cara roja. Convivimos poco, porque por la mañana sale a trabajar y vuelve tarde. Cuida de mí cuando puede, aunque ya no puede ayudarme con los deberes. Por suerte, me ayudo sola y me va bien. Las chicas que vienen a la casa se asombran, me dicen “no entiendo cómo puedes ser tan lista siendo tus padres lo que son”.

Recuerdo un día que vi sangrando a mi padre. Estaba cortando jamón y se hirió con el cuchillo. Él pidió ayuda a mamá. Y mamá, la pobre, en vez de ayudarle a curarse le regañó por manchar el suelo de sangre. Ella no entendía que él se había hecho daño y que eso era más importante que manchar el suelo.

Me costó mucho saber cómo se llama lo que les pasa a mis padres pero, tras preguntar y preguntar, la orientadora del cole me dijo que ambos tienen retraso mental.

Sus cuerpos son adultos pero en sus cabezas tienen mi edad. O incluso quizá sean más chicos, porque también me dijo que soy una niña genio y que debo aplicarme, aprender a hacer cosas cotidianas, ser comprensiva y cariñosa, pues en cuanto sea capaz, me tocará cuidar de ellos sin ayuda, pues nadie me ayudará, a pesar de que lo de mis padres, al parecer, no se contagia.


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Febrero 04, 2018, 08:58:18
Erial

   
Cine

No desees convertirme                 
en la escena  errónea,                 
el acento esclavo.
 
Persigo fallar al rozarte,                   
acotas un efímero guión,   
sustituyes  por arte lo absurdo 
de nuestros  brazos  ciñéndose.
   
De pronto, un golpe brusco de claqueta, 
dicen:  la damos  por válida.


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Febrero 04, 2018, 08:59:53



 
Los duendes de la niñez

Los oscuros relojes borran las fantasías
en cielos astillados. Invisibles, los duendes
arrullan las estelas de la niñez. Su alquimia

inagotable escribe las voces del sonido
de memorias que sueñan con tonadas de cuna.
El mundo fabuloso de los cuentos, en libros

sin amarras, penetra el espíritu. Vibran
en acordes sublimes los cantares, envuelven
los tiempos olvidados. Resurgen y  acarician.





Liliana Valido


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Febrero 04, 2018, 09:01:12

Dage



        A BORGES


   Vivo en una vorágine fantástica
   rica en rosas, en tigres y en espejos.
   Adoro tus escritos, algo viejos,
   de verdad y ficción en mezcla plástica.
   
   Te dedico tu forma predilecta
   a falta de mejores homenajes,
   Pues no sé de los vikings sus lenguajes,
   utilizo tu habla circunspecta.

   Al poco de cumplidos diecinueve
   me fascinó "El Aleph", ese relato
   donde advertí, confuso,mi retrato
   inmerso entre lo místico y lo aleve.

   Hoy, tu último antojo está incumplido,
   te guarda la memoria, no el olvido.


Título: Re: Enero 2018
Publicado por: María Teresa Inés Aláez García en Febrero 04, 2018, 09:02:52

Mac de la Torre
   
El No Poeta

Pertinaz e infame hado
yo resisto tu señuelo,
¡arruina ya  mi desvelo!
Ojos en surco tostado.

Sintiéndome ruin bagazo
confina mi juicio al diestro,
si no conozco maestro,
de sabias letras ni trazo.

Como navío varado
soles conté con recelo,
cogí la pluma del suelo
en tregua con el tarado.

Arrogante, afloja el mazo,
raspa mi rostro siniestro,
tan rico convite vuestro
naciente de un novel lazo.

El guardián sutil y osado
me mostró radiante al cielo,
mira al frente con anhelo,
concluirás  roto y cansado.

Frunció la tinta un abrazo
esclava de lo que muestro,
terminé con mi secuestro;
oda libre en mi regazo.